A la vieja encina

Cercada
por un corro reverente
-de anónimos palos-
resistes
majestuosa y esbelta
ajena a tormentas y
sequias inclementes.


Tu savia
nutre raíces
anclándote a un mar de tierra
y te expande en ramas
sedientas de cielo.

Un año más
los pliegues de tu corteza centenaria
han sido testigos mudos
del implacable paso del tiempo
y de sus criaturas
unificadas en el abrazo  
del último día del calendario.

Frondosa
verde y vieja
ignoras la incertidumbre
el misterio
del porvenir.

Contemplarte
es una hoja de historia
con ramificaciones de sueños
al imaginar
quién buscó cobijo bajo tu sombra y
lloró y vivió amores
al abrigo de tu tronco

y reparó en tu silencio de
humilde encina

hoy
convertida en monumento.


Texto y fotografía © María Cruz Vilar
soplaralcierzo.com
A la centenaria encina del parque de Torre Arias, Madrid

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies