Abres las manos de María Victoria Montemayor
Abres las manos
y se llena de pájaros el aire.
Te pones de puntillas,
se te enredan estrellas en el pelo
y si tocas una estrella de tu frente
te haces invisible, vapor, nube.
Giras, te vuelves astro
que flota en el murmullo confuso de los mundos
y si de noche sales, a cada paso que das
se alza un escalón por el que subes al alba.