Agosto
En la acuarela Alonso juega una tarde de domingo a balancearse del gran árbol al que llaman Seisdedos, un árbol que abraza con miles de raices la tierra y con multiples brazos el aire, al cielo completo, y encima su copa orgullosa, única. Era una tarde de agosto en la que el campo estaba acunado por colores ocres.

El tiempo pasó y otra tarde también de agosto con óleos multicolores aprendieron a mezclarse los paisajes, los celestes del cielo y el fondo marino, la luz hermosa de un aire casi imposible, un escenario exótico de Rousseau, pájaros volando, animales eternos y la tranquilidad de ver pasar el verano, la edad.

Texto e imágenes © Emilio Poussa