Alfarería onírica de José Luis Pérez Fuente
Finjo que vivo en el desdén de tus sueños
para que consientas el tránsito
de mi desnudez y mis miedos,
por tu indolente cuerpo deshabitado.
Esculpo palabras vívidas, redivivas
pretendiendo percibir,
con la levedad del silencio,
tus oscuras intenciones.
Tu imagen glacial me alberga como luz reflejada,
pero rechazas mi integérrimo deseo
de acceder al monte de tu piedad,
¡oh Venus de metacrilato!
El dulce aroma de tus secos henos otoñales
difunde los reprimidos secretos de tu caja fuerte
y chocas contra las simas gustativas
de mi premonitoria falta de fe.
Nadie sabe tu nombre, Brígida,
desconocida diosa de bilabiales talentos
que yo pronuncio labiodentalmente, a fuego fricativo,
porque mi fantasía te recrea como cariátide hierática.
Desdeñas mis impulsivas aspiraciones
a ser verbo derramado en tus epitelios
y tengo que apelar, recurrente,
al desenfreno solitario de la poesía.