Amor incesante de Felipe Espílez Murciano
Morir como la luna,
en el suspiro del brillo,
en ese momento sonoro
en el que cantan los grillos.
Después, silencio en los ojos,
y una sábana de encaje de luceros,
porque tengo en el alma algo de frío,
todas las noches, cuando me muero.
Eso es lo que tiene, quererte, como te quiero.