Amor y poesía (II): Amor paradójico
Nuestro ilustre Premio Nobel, D. Vicente Aleixandre, dedicó su discurso de entrada a la R.A.E., el 22 de enero de 1950, a este noble asunto con el título Vida del poeta: el amor y la poesía. Su intención era «considerar algunos instantes de la vida, algunos momentos afectivos de la vida vistos a través de la poesía. Lo que equivale de algún modo a decir, también, algunos instantes de los poetas.». 1Vida del poeta: el amor y la poesía. Discurso leído ante la Real Academia Española el día 22 de enero de 1950 en su recepción pública por el Excmo. Sr. D. Vicente Aleixandre. D. Vicente analiza en su disertación la vida en relación con el amor, citando algunos famosos versos de autores inmortales, y estudiando la evolución amorosa de clásicos como Lope de Vega. En uno de sus apartados, «La definición amorosa: los contrarios», Aleixandre habla de la descripción poética del sentimiento amoroso más utilizada: la fórmula de reunión de contrarios como «falsilla común para un tanteo en la fijación expresiva de esa actividad misteriosa». 2Vida del poeta: el amor y la poesía. Discurso leído ante la Real Academia Española el día 22 de enero de 1950 en su recepción pública por el Excmo. Sr. D. Vicente Aleixandre. Para el ilustre propietario de Velintonia, lugar de peregrinaje poético donde ahora «los cristales rotos marcan,/ como el mapa de una isla,/ el lugar donde el olvido se instaló» 3Fragmento de la canción «La casa en el número 3» del grupo Maga., el verso más tópico sobre el amor sería el endecasílabo quevedesco: es yelo abrasador, es fuego helado.
La tendencia definitoria de nuestros antiguos y áureos poetas se sitúa en ámbitos contradictorios, paradójicos, antitéticos y opuestos. Son el ejemplo claro de oxímoron, esa figura retórica donde aparecen dos conceptos opuestos en una sola expresión, lo que obliga al lector a deshacer el entuerto absurdo e ilógico dotándole de un sentido metafórico complementario. Veamos algún ejemplo:
Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;
no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;
huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;
creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe. 4En www.cervantesvirtual.com.
Lope de Vega
Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado.
Es un descuido que nos da cuidado,
un cobarde, con nombre de valiente,
un andar solitario entre la gente,
un amar solamente ser amado.
Es una libertad encarcelada,
que dura hasta el postrero parasismo;
enfermedad que crece si es curada.
Este es el niño Amor, este es su abismo:
¡mirad cuál amistad tendrá con nada
el que en todo es contrario de sí mismo! 5En Poesía… eres tú. Antología de la poesía española hasta el Siglo de Oro. Ed. de Juan de la Cruz, Pedro Sánchez y José María Jarillo. Ed. Eneida. Madrid, 2003.
Francisco de Quevedo
Si desea consultar los anteriores capítulos de Amor y poesía, puede leerlos en los siguientes enlaces:
– Amor y poesía (I): Introducción