Amor y poesía (IV): amor ilimitado
Los límites del amor son incalculables y bastante difusos, aunque podrían quedar vagamente establecidos entre la pura pasión por otra persona y el negro amor egoísta. Y en medio, cómo no, el amor biunívoco –el más extendido– que siente un “elemento A” hacia un “elemento B” y viceversa; y que no da problemas siempre y cuando los conjuntos asociados sean unitarios (la pareja estable de toda la vida). Si a esta correspondencia matemáticamente amorosa le añadimos “hasta que la muerte nos separe”, llegamos a lo que llamaríamos amor ilimitado, tal y como lo podemos conocer a lo largo de nuestra experiencia vital.
El primer poema que traigo como paradigma de esta relación “biunívoca” pertenece a Amalia Bautista, una poeta intimista y capaz de captar el lado original de lo cotidiano. Es una exhortación retórica dirigida a un lector que puede quedar atrapado en un trampantojo literario después de leer el texto. Parece que se plantea una feliz relación de pareja, pero hay un detalle que trastoca ese estado de ánimo venturoso: se trata de un cuento, una fantasía o un anhelo imposible. Tras estos endecasílabos tan protocolarios y ceremoniosos, puede esconderse una ironía que pretende demostrar que el amor eterno solo se halla en los cuentos… el lector decidirá qué final le quiere dar…
Cuéntamelo otra vez
Cuéntamelo otra vez, es tan hermoso
que no me canso nunca de escucharlo.
Repíteme otra vez que la pareja
del cuento fue feliz hasta la muerte,
que ella no le fue infiel, que a él ni siquiera
se le ocurrió engañarla. Y no te olvides
de que, a pesar del tiempo y los problemas,
se seguían besando cada noche.
Cuéntamelo mil veces, por favor:
es la historia más bella que conozco. 1En Tres deseos. Amalia Bautista. Ed. Renacimiento. Sevilla, 2006.
Amalia Bautista
El segundo texto es una incuestionable declaración de amor, sin lugar a dudas ni a fantasías. Sería como la pareja del cuento anterior, pero “de carne y hueso”. Eliot dedicó a su mujer este detalle de intimidad amorosa, palabras privadas dirigidas a ti en público, que Andreu Jaume, editor y traductor, califica de poema conyugal de Eliot –el único feliz de toda su obra. 2En Amor de muchos días. Antología poética. AA.VV. Edición y traducción de Andreu Jaume. Ed. Lumen. Barcelona, 2013.
Dedicado a mi mujer
A quien debo el sobresaltado goce
que acelera mis sentidos en nuestro despertar
y el ritmo que gobierna nuestro sueño,
la respiración al unísono
de amantes cuyos cuerpos huelen a ellos mismos,
que tienen los mismos pensamientos sin tener que hablar
y balbucean lo mismo sin necesidad de sentido.
Ningún molesto viento de invierno helará,
ningún espectral sol del trópico marchitará
las rosas en el jardín de rosas que es nuestro y nuestro tan solo.
Pero esta dedicatoria es para que la lean otros: estas son palabras privadas dirigidas a ti en público 3En Amor de muchos días. Antología poética. AA.VV. Edición y traducción de Andreu Jaume. Ed. Lumen. Barcelona, 2013.
Thomas Stearns Eliot
Si desea consultar los anteriores capítulos de Amor y poesía, puede leerlos en los siguientes enlaces:
– Amor y poesía (I): Introducción
– Amor y poesía (II): Amor paradójico
– Amor y poesía (III): Amor declarado