Bardo: Falsa crónica de unas cuantas verdades

Alejandro González Iñárritu 2022

Argumento

La última película del mexicano no ha dejado indiferente a nadie. El titulo elegido ya nos deja una pista clara sobre las intenciones del director y de su obra. Estamos ante una Falsa crónica de unas cuantas verdades. Y así hemos de abordarla y entenderla. Es una película extraordinariamente personal, él es el autor del guión y la dirección, de ahí lo de FALSA, ya que no pretende ser la verdad oficial o histórica. “Bardo” es así una narración suavemente cómica por momentos, fuertemente irónica siempre, que sigue a nuestro protagonista Silverio, a lo largo de un viaje épico y onírico. Un relato en el que nuestro protagonista, alter ego de nuestro director, un famoso periodista y documentalista mexicano, que tras una larga ausencia del país regresa para recoger un importante Premio, enfrentándose y cuestionando a la vez su verdadera identidad, a sus relaciones profesionales y también a sus afectos familiares, buceando en el absurdo de sus recuerdos y enfrentándose a la nueva realidad de su país. Un viaje en el que va y vuelve, retrospectivo y también onírico por momentos, para entender su pasado y su presente intentando comprender de este modo que significa hoy en día en pleno S.XXI ser mexicano. Casi nada. Una catarata de imágenes ante las que es mejor dejarse llevar como un río salvaje y disfrutar del espectáculo. El objetivo no es que sea ambicioso, es que resulta de una complejidad descomunal. Pero lo importante para el espectador, es que lo hace con brillantez técnica y sobretodo con honestidad. Y eso sí que es importante, aunque en ese intento haya aciertos y errores, como en toda obra humana.

Cartel de Bardo

Intérpretes

Estamos ante una película coral con decenas de personajes, que entran y salen de la trama, a la manera del Ocho y medio felliniano (1963), o La Gran Belleza (2013) de Sorrentino, en un desorden completo y arbitrario. Papeles que son secundarios en una historia, vuelven luego para ser protagonistas en la siguiente. Todos ellos están magníficos pero a nuestro protagonista, Silverio, lo interpreta de forma excelente y contenida a pesar de la delirante trama, Daniel Giménez Cacho, actor de dilatada y prestigiosa trayectoria, en la que ha trabajado para directores de la talla de Guillermo del Toro en Cronos (1992), de Jorge Fons en El Callejón de los Milagros (1995), de Arturo Ripstein en nada menos que cuatro películas, Profundo Carmesí (1996), el Coronel no tiene quien le escriba (1999), La Virgen de la Lujuria (2002) y El diablo entre las piernas (2019), de Alfonso Cuarón en Y tu mamá también (2001), de Sergio Cabrera en Perder es cuestión de método (2004), de Luis Estrada en El Infierno (2010) y de Abel Ferrara en Siberia (2019). O españoles como Vicente Aranda en Celos (1999) y Pedro Almodóvar en La mala educación (2004). En definitiva, un actor extraordinario a la altura del reto también extraordinario que Iñárritu se proponía. El resto del elenco como decimos está igualmente brillante de la mano de un director que sabe llevar a los actores con los que trabaja.

Bardo

Un rápido repaso a los premios que ha recibido, o mejor aún, a los que ha sido propuesta, nos puede dar una idea exacta de los valores de la película. En 2022, fue Nominada a la Mejor Fotografía de los Premios Oscar, en Venecia fue incluida en la muy selecta Sección oficial a concurso aunque mal recibida por la crítica; también fue Nominada a Mejor película de habla no inglesa en los exigentes Premios de la Critica de EE.UU. y Canada; los Críticos de Chicago le concedieron 2 nominaciones, incluyendo la de Mejor película extranjera y los Satellite Awards, la nominaron a Mejor película internacional. Ya en nuestro país, en los Premios Platino obtuvo 6 nominaciones incluyendo Mejor Película y Mejor Dirección. Pero no ha ganado ninguno, lo que más allá de otras consideraciones, nos deja bien patente la calidad narrativa de su propuesta y que los problemas han surgido en torno al debate sobre lo que dice, que como hemos visto, no podía ser de otro modo, no ha dejado indiferente a nadie, pues expone las contradicciones de todo el mundo, incluido él mismo, ya que se lanza sin pudor con un fuerte sentido autocrítico. Pero por ello no ha dejado contento a nadie. Quizás ése sea precisamente el valor de su arriesgada propuesta, visto que en la parte técnica ha recibido toda clase de elogios reconociendo que está excepcionalmente bien filmada gracias al trabajo en la fotografía de Darius Khondji. Disponible en Netflix con ocasión de su decisión de realizar películas para su estreno en cines y optar a los Premios cinematográficos para buscar la relevancia internacional.


En resumen

Iñárritu ha señalado los defectos de todo el mundo buscando con una honestidad sin recato, su verdadero yo como persona y como país: que es ser mexicano para él hoy en día. Y lo ha hecho sin concesiones y señalando las contradicciones de México, de su historia y las suyas propias también, se nos muestra como un Bardo, un artista que reflexiona desde el exilio sobre la imposibilidad del regreso. De ahí el rechazo de muchos que solo quieren ver de cada uno su cara amable pero no su lado oscuro. Déjense llevar por un espectáculo grandioso, filmado con un poderoso gran angular, una reflexión sin contención y disfruten de una gran obra, poética, heterodoxa, que nos deja al final con algunas imágenes imborrables y extraordinarias. Un torrente de casi tres horas. Pretencioso, por supuesto, pero también realmente diferente y singular ante tanto cine rutinario con la excusa de lo necesario. Esta obra mejorará con el tiempo, como los buenos vinos y pasada la sorpresa inicial de sus acerbas criticas, quedará la brillantez de su propuesta. (8,5/10)


© Chusé Inazio Felices

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