Berlin Alexanderplatz, serie de TV (1980)
Creador de la Serie: Rainer Wender Fassbinder
Para muchos críticos, y no seré yo el que les contradiga, el mejor cine que se hace en estos momentos está en las series de TV. Y no es que no se hagan buenas películas, sino que la abundancia de buenas series, incluso magnificas, le ha otorgado en estos momentos la primacía en el mundo del audiovisual.
Nuestra compañera María Espílez dedicaba la primera de sus colaboraciones para esta revista digital al icono de Metrópolis de Fritz Lang. Nos recordaba sus antecedentes en un periodo histórico de sumo interés, así que aprovechando la emisión actual de la tercera y última temporada de la producción más costosa en la historia de la televisión alemana, la muy recomendable Babylon Berlin, que se sitúa precisamente en ésa misma época del periodo entre guerras de la República de Weimar, vamos a hablar de una de ésas joyas de la TV de todos los tiempos, Berlin Alexanderplatz del dramaturgo y realizador alemán Rainer Werner Fassbinder,tristemente desaparecido.
En nuestra colaboración del mes pasado para Encima de la Niebla hablamos de Godard, quien decía que el cine es la verdad 24 veces por segundo, a lo que Fassbinder le replicó que para él el cine es la mentira 25 veces por segundo.
Se suele aceptar, y es un criterio que comparto, que la gran época de las series de televisión comienza con TWIN PEAKS de David Lynch. Pero ello se debe principalmente a la innovación formal en el tratamiento de la imagen, de la narración y sus protagonistas, más que al hecho de que fuera la primera gran serie, ya que antes hubo grandes series como Berlin Alexanderplatz.
El autor de la novela en la que se basa la serie, Alfred Döblin (1878-1957), estudió medicina y se especializó en psiquiatría en Friburgo y también se interesó por la filosofía. Tras sus estudios, trabajó como periodista en Ratisbona y Berlín, antes de ganarse un puesto como psiquiatra precisamente en el barrio de clase obrera de Alexanderplatz que llegó a conocer muy bien.
Alfred Döblin escribió Berlin Alexanderplatz en 1929 y se considera una novela moderna, no solamente por la ruptura con la idea del héroe ejemplar, que aquí es un pobre obrero de escasas luces pero buenas intenciones, sino también por la ruptura de la tradicional estructura cronológica del relato, utilizando nuevas maneras de narrar como potentes monólogos interiores con distintos puntos de vista y por el uso de nuevas técnicas, incluyendo desde textos de canciones a titulares de periódicos, etc. La lectura de la novela es muy recomendable pero después de ver la serie, ya que gracias a su extensión puede profundizar en muchos personajes y situaciones a los que la serie no puede llegar.

La historia se sitúa como decíamos antes, en el barrio de clase obrera de Alexanderplatz, en el Berlín de los años 20, y cuyo centro es la plaza del mismo nombre, hoy desgraciadamente irreconocible y una decepción para el que vaya a visitarla. La narración comienza con la salida de la cárcel del protagonista Franz Biberkopf. Döblin describe su búsqueda por los bajos fondos de Berlín de un trabajo digno, que le ofrezca un futuro para redimirse de su pasado de delincuente. La obra está ambientada como decíamos antes en la República de Weimar en el periodo que se vivió en Alemania después de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), o cómo se decía entonces la Gran Guerra, porque todavía no sabían que iba a haber una Segunda. Nos muestra la pobreza y la miseria de los trabajadores junto a la opulencia de las clases altas, en medio de la lucha de clases entre los trabajadores, sus sindicatos y la patronal con sus matones y el auge del nazismo utilizado para aplastar al movimiento obrero. La obra posee ese especial aroma nostálgico de la gran literatura centroeuropea, del anhelo de algo que pudo ser, pero no llegó. Alcanzó un gran éxito en su momento y más tarde Günter Grass la calificaría como la mejor novela alemana de la época moderna. Indudablemente es una novela extraordinaria de lectura muy recomendable como decíamos antes. Tuvo una primera versión cinematográfica con guion del propio Döblin que llegó a estrenarse en España con el título de Hampa (1931). Pero la que todo el mundo considera la mejor adaptación es ésta de Fassbinder, la cual llegó a estrenarse en los cines de Nueva York con un montaje más corto. Estamos por tanto ante uno de esos raros casos en que la novela es magnífica y la película… también. Además, hay que destacar que el propio Fassbinder realizó no sólo la dirección sino también la adaptación del guion y eso se nota para bien en el desarrollo de la serie.
La ambientación es uno de los grandes aciertos de la serie, pues recrea con precisión los sórdidos submundos en los que se desenvuelve el protagonista cuya interpretación realiza de manera excepcional Günter Lamprecht con su corpulencia y buen hacer, dotándole de esa tristeza en su búsqueda, mezcla de bondad que a la vez infunde temor, y que lo convierten en uno de esos personajes inolvidables para el espectador o para el lector. Los demás actores están a la altura, destacando una gran Hanna Schygulla que ya había trabajado con gran éxito con Fassbinder en Las amargas lágrimas de Petra Von Kant y El matrimonio de María Braun y al año siguiente lo haría en la inolvidable Lili Marleen. En el resto del elenco encontramos los habituales y sólidos colaboradores de las películas del director como Gottfried John, Irm Hermann o el propio Fassbinder, de los que consigue sacar los más finos matices.
La serie está disponible en algunas plataformas digitales como FILMIN o en video/blu ray, consta de 14 capítulos de una hora de duración salvo el primero que hace la función de piloto de 82 minutos y el último, un epílogo de 110 minutos, aunque a veces en la información que facilita la carátula de resumen sobre ambos episodios pone 60 minutos, es erróneo y al comenzar la reproducción informa de los minutos reales en ambos casos. Igualmente recomendable es la lectura del libro de Ediciones Cátedra dedicado a Fassbinder de Yann Lardeau, si queremos profundizar en su obra con un completo y exhaustivo análisis del director alemán.
En definitiva, un complemento magnífico para ver con la actual Babylon Berlín, leer la novela y revisitar o ver por primera vez según el caso de cada uno, una de las mejores series que se pueden disfrutar en estos momentos y de visión obligatoria para todo buen aficionado.
Texto © Chusé Inazio Felices
Fotografía © markusspiske