Beso de sakura
La montaña desplegó sus pétalos al alba, el sol quemó los temblores del horizonte, la mañana plegó sus sábanas de luna. Un suspiro de alas de ángel vino del este.
Mi corazón de agosto, incendiado de amapolas, lanzó un mensaje rojo a mis venas: A pesar de las hojas perdidas del calendario, hoy me reuniré con la primavera.
Todo porque después de que me distes un beso…
sentí que florecían en mis labios todos los cerezos.
© Felipe Espílez Murciano
Imagen: «El bosque del santuario de Suijin y la región de Massaki a orillas del río Sumida» de Utagawa Hiroshige