Breve estudio sobre la naturaleza humana

El animalito de Dios levantó la pata izquierda y luego la derecha para alcanzar el ángulo de la pantalla en un esfuerzo verdaderamente sobreinsecto. Luego, recorrió triunfante la parte más alta de la laptop sin apuro, observando todo con ojos inquisidores. Los míos se debatieron entre mirarlo o seguir encandilándose con la pantalla en blanco que no bosquejaba letra alguna. Todo cerrado en cuestión de versos.  Mis yemas esperando la señal neuronal que tampoco llegaba. ¿A quien habría que darle protagonismo? ¿Al intruso o al invitado ?

Hay que hacer consenso en la fábrica que nos gobierna. Hay que avisarle al idioma qué ventajoso es también, de vez en cuando, ser insecto. Y caminar por donde no se nos llame. Pito catalán a la sintaxis ¡Investigar especímenes raros!

Pensado esto y como si intuyera tanto caos, el personaje en cuestión levantó vuelo para irse a escudriñar otras especies humanas interesantes ¿Cómo yo?


© Lucía Borsani

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