Camaleonas

En la Edad de la Inocencia a Marta le gustaba jugar con dragones, o dragonas, decía que esos pequeños seres hacía cientos de años habían sido víctima de un conjuro y su cuerpo se había reducido de tamaño., le gustaba porque cambiaban de vestido para cada ocasión, verdes, ocres, azules, sus cuerpos moteados por pequeños lunares mágicos… le gustaba su andar parsimonioso, elegante , sin prisas, como congelado, sus ojos alegres, eran hermosos y valientes, ese hechizo les privó del fuego de su interior y a cambio le hablaban, cuando no había nadie claro.
Era el secreto mejor guardado de su bosque encantado

En la Edad de la Inocencia a Celia le gustaba disfrazarse, vestirse con un camisón de su madre y pasar largas horas en un mundo real y mágico, hablando con los pequeños dragones o dragonas que la visitaban en el calor de la tarde sin ser visto por ningún adulto, eran lentos de movimientos, elegantes, contaban historias antiguas de mundos desaparecidos, de mundos más reales que éste, menos raros. Recostada en el pequeño sofá me recordaba a La Gata Rosa de Anglada Camarasa, para mí era la Gata Blanca, siempre rodeada de un aire casi místico y de sus amigos que se escondían cuando me oían.
Ese era el secreto mejor guardado de su bosque encantado.
Texto e imágenes © Emilio Poussa