Camino de madera

Parece, a primera vista, que un camino de madera es absurdo.
Porque los árboles tienen querencia al camino hacia el cielo y no a tumbarse en la tierra.
Parece, a primera vista, que esa condición no se aviene con su carácter levantisco, buscador de nubes, escalador de sueños.
Claro que, sin embargo, como todas las cosas se pueden mirar de diferentes maneras, podría pensarse que esa función de camino podría serle propia. Sobre todo, si tenemos en cuenta que estando en la tierra se acerca más a sus raíces, allí donde late el alma de la celulosa y la clorofila sobrante de la última fotosíntesis.
No sé, quizás sí, quizás no. Lo que si es cierto es que, mientras voy reflexionando esto, voy andando por un camino de madera ¿Y saben lo que siento? Un rumor de mirlos acunándome el alma. Hasta tumbado en el suelo, el árbol, canta a través de los pájaros, canciones que pide el alma.
© Felipe Espílez Murciano
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