Camino sin salida. Como una ruta hacia los sueños que no tiene final. Con las ilusiones mezcladas en el remolino de las esperanzas, revueltas con alegría y con sonrisas diluidas en el eterno devenir de la emoción postergada. Casi no importa llegar si el camino se convierte en el tierno vagar en busca de la luz que todo lo quema dulcemente. Las sombras se caen, se caen los miedos y en ese dulce camino vaga etéreo un suspiro de caramelo. Camino sin salida, es posible que no la quiera si mi corazón se acompasa al deleite de la noble espera. ¿No es eso vivir?
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