Cría cuervos

—Vamos apuesta, tronco.

—No tengo ni un euro. No puedo.

—Una apuesta es seria, papá. Veamos… Te concedo… Por ser tú…, algo simple. A ver, a ver, algo que tengas… pensemos…

—Pero, si no tengo nada.

—Ya lo tengo. Si pierdes, te saco un ojo.

—Sí, el del culo.

— ¡Trato hecho!

Los dados rodaron. Y desde aquel día por la jodida apuesta se fue cagando en lo más barrido.


Texto © Lucía Santamaría Nájera
Imagen de jakob5200 en Pixabay

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies