Cuando se liberan los libros: primera parte
Amélie se disuelve absorta en Casablanca, filme antiguo que se aleja y se acerca, auto On the road con Kérouac y demás vagabundos bohemios, a Camus le da náuseas, se siente extranjero y no ve la hora en que el expreso de la medianoche lo deje en su destino. Ya una vez en el vestíbulo del hotel fuma a lo Boggart, sigilosa se aproxima una atractiva mujer de unos treinta años, cigarillo en mano, con su cabello recogido y poco maquillaje, tal vez sea el contacto francés, en pose melancólica, sentados en total silencio me recuerdan a Hopper mientras leo a Kafka.

© José G. Santos Vega
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