De donde vengo y hacia donde voy
He crecido lo suficiente para entender que la humanidad tiene la sombra permanente de la duda sobre sus orígenes y su destino y que apenas se sospecha pasajera de un viaje con andenes cargados de historia. Somos un cúmulo de personas en permanente mutación de células, pensamientos y aromáticas sensaciones. Y cuando descubrimos que todo eso apenas representa una sombra de algo más, entonces dejamos la tostada del desayuno en su lugar y nos ponemos el abrigo y miramos de nuevo el reloj para no perder el bus que nos lleve a marcar la tarjeta de lunes a viernes a las siete y cuarenta o cuarenta y cinco a más tardar.
¿Adónde voy? ¿De dónde vengo?