Dulce espera de Felipe Espílez Murciano
Te esperaré con los brazos en junco,
bajo los rayos verdes de una luna de menta,
imaginando que el canto del cuco
es una llamada de terciopelo en mi puerta.
Puede que tú, esta noche, no vengas,
que faltes como todos los días,
pero yo te seguiré esperando tras la puerta,
con mis ojos llenos y mis manos vacías.
Esperando que vengas… la noche de algún día.