El gato y la luna de Carmen Nöel
El gato mira la luna.
Da zarpazos a la noche como si fuera un juguete de sombras.
La noche lo engaña gestando refugios
y trampas.
Bajo el precipicio gigante
se asoma a un abismo insondable y secreto.
El gato mira la luna que solo conoce él.
Sobre la frontera que dibuja el agua
descubre lejanas flores que llenan de pronto el estanque
con su potente grito de luz.
La oscuridad se ha dormido.
La flor grande y blanca sigue lanzando mensajes profundos y extraños.
Con ella descubre distancias.
Con ella araña secretos.
Con ella se aferra a los sueños del viento
y encuentra misteriosas trampas que va deshaciendo con su pata blanca
mientras la luna juega con él.
Descubre los refugios de la noche.
Los laberintos perversos donde las ondas del agua
dibujan cauces secretos y oscuros.
Sus ojos inmensos se abisman con las lejanas flores de luz que desprenden caricias.
Pero,
al romperse la luna…
el gato descubre un juguete escondido que habita en el fondo del agua
y enciende, lenta y tranquila, su soledad.
© Carmen Nöel
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