El principio de todo: Jules Chéret
Los orígenes
Llevamos varios meses dedicados a diversos carteles con su historia particular, pero… ¿cuál fue el primer cartel en la historia?.
En realidad esta pregunta no tiene una respuesta concreta, ya que primero deberíamos determinar qué características debería tener un cartel para considerarlo como tal.
Sin embargo, no podemos dudar de la influencia en el cartelismo de un hombre: Jules Chéret. Tanto es así, que la historiadora y experta francesa en arte, Segolène Le Men, afirmó que él inventó el cartelismo como arte. Otros historiadores hacen referencia a Cheret como ‘El padre del cartel publicitario moderno’ o ‘El profeta del cartel’.
¿Quién fue Chéret?
Chéret nació en París en 1836 en el seno de una familia de artesanos de escaso poder económico. Pero esto no impidió que a sus trece años empezase su andadura en el mundo de la litografía, al mismo tiempo que cursaba sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de París. Estos estudios reforzarían su técnica como dibujante, lo que años más tarde se convertiría en una poderosa aliada para la elaboración de sus famosos carteles.
Chéret empezó como pintor pero cuando realizó su primer trabajo litográfico en color ‘Orphée aux Enfers’, (1858) revolucionó la técnica con el proceso de tres colores (tricromía) ya que consiguió alcanzar un grado de perfección muy superior al que existía hasta el momento.
En realidad, la litografía no era un procedimiento nuevo, pero sí que era una técnica lenta y costosa, aunque en 1850 ya era posible imprimir alrededor de unas 10.000 hojas por hora.

Es entonces cuando viaja a Londres y allí perfecciona su técnica, recibiendo el influjo de importantes litógrafos como el propio Senefelder.
Cuando regresa de Londres, empieza a crear carteles con una nueva maquinaria más sofisticada. Estaba listo para abrir su propia imprenta y es en ese momento cuando empieza el cartelismo como lo conocemos hoy día.
La mujer en los carteles de Chéret y el nacimiento de la publicidad
Chéret empieza a crear carteles para cabarets, teatros de variedades y los teatros como el Folies Bergère o el Moulin Rouge.

La figura femenina empieza a ser utilizada como reclamo publicitario, lo que para muchos estudiosos en publicidad puede considerarse como un claro indicador del nacimiento del cartel publicitario moderno.
Sea como fuere, la mujer de los carteles de Chéret poseía una enorme carga erótica. Era una mujer bella y estilizada con una actitud sensual y provocadora. Como puede comprobar el lector, no eran éstas, características de la mujer de la época. Se trataba de mujeres con un estilo de vida particular, que las hacía atrevidas y desinhibidas.
Un ejemplo fue la joven danesa Charlotte Wiehe, aunque era por todos conocida como «La Chérette», que fue su musa e inspiración en la mayoría de sus creaciones.
Ante el éxito de su imprenta, decidió ampliar su negocio, anunciando bebidas y licores, perfumes, jabones, cosméticos, productos farmacéuticos, etc…

No es difícil entender que con esta nueva faceta de Chéret, muchos publicitas consideren que se empieza a entender el cartel como una forma de comunicación, un nuevo lenguaje en el que se transmiten mensajes e ideas de forma sencilla y directa, creando vínculos con los espectadores y haciéndoles responder así a una serie de estímulos concretos. La publicidad en su estado más embrionario, pero en el que cada anuncio es una verdadera obra de arte en sí misma. Es aquí donde su formación como dibujante le ayudó considerablemente a crear esta nueva forma de comunicación que sedujo a grandes pintores, influyendo sobre el movimiento del Art Nouveau.

Les Maitres de l’Affiche (Maestros del cartel)
En 1895, Chéret creó la colección Maitres de l’Affiche (maestros del cartel) una serie de suscripción para coleccionistas. Todos los meses, desde diciembre de 1895 hasta noviembre de 1900, los suscriptores recibían por correo 4 hojas sueltas (maitres), junto a una hoja de portada. No se ofrecían en forma de libro.
Chéret obtuvo un nuevo éxito, tanto es así que se originó en torno a la colección, toda una industria con diseñadores y pintores en los que podemos reconocer nombres como el de Toulouse-Lautrec.

El final de la vida de Chéret
Chéret se retiró a Niza, quizás por esta razón el Museo de Bellas Artes de Jules Chéret se ubicó en Niza.
Murió en 1932 a los 96 años y fue enterrado en París.
Como puede imaginarse el lector, los carteles de Chéret se han convertido en objetos muy buscados por los coleccionistas.
A Chéret le debemos toda la belleza que nos dejó, sus carteles lo demuestran, pero también la valentía de empezar un nuevo movimiento y de inspirar otros. Pero sobre todo le debemos, la osadía de emprender una empresa que tantas maravillas ha dejado en el arte. Me doy cuenta al escribir esto que le debemos mucho a Chéret. No en vano fue: el principio de todo.