En la quietud de la tarde de María Victoria Montemayor
En la quietud dormida de la tarde,
resbala silencioso y lento el río.
La luz es tan extraña, tan irreal
que todo lo que toca
parece ensimismado
en una vaga ensoñación sin horas.
Desde su hondo refugio, las palabras
alzan su vuelo plural de mariposas
para decir, decir únicamente
y acariciar el alma de las cosas.
En el agua se miran las mimbreras,
trepa la hiedra larga por los troncos
y florece feliz la sombrerera.
© María Victoria Montemayor
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