Génesis
Pasada la medianoche, cuando los gatos de los tejados irrumpen en amores clandestinos, la pluma que me gobierna viaja sin apuro por los silencios del Parnaso, por los jardines del recuerdo y la lluvia de las emociones.
Detrás de todo eso yo, la poderosa ignorante hasta de su propia letra, la eterna buscadora, esta hormiga del Tiempo, me aferro a la palabra como una enredadera.
Pasada esa medianoche del alma, cuando el verbo solo atina a pedir socorro, cuando no quiere más manejo de mis dedos ni cuestionamiento de mi mente diminuta, la pantalla en blanco estalla en colores invitando al juego.
Me gusta ver nacer el poema, una noche de tantas, con los ojos abiertos a mi locura insomne, riendo imágenes, acariciando la esperanza de mis pretensiones.
© Lucía Borsani
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