Grafito de Felipe Espílez Murciano

No lo revises.
¡No! no lo completes.
Deja el poema así, inconcluso e imperfecto.
Como la vida misma,
si no, no es poesía,
es sólo un escrito 
al que le rectificaron la alegría.

Déjalo como un abrazo,
aunque le sangre la métrica
y le reluzcan llagas en la rima.

Como un abrazo al morir la tarde
en ese momento en que los jardines lloran 
porque una rosa se deshizo en el aire.

¡Qué nadie la toque!

¡Nadie!


© Felipe Espílez Murciano

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies