Historia para Andrés…

Muy pocas veces he creado una historia para alguien, he escrito sobre diferentes temas a lo largo de esta búsqueda de letras. Aquí les dejo este cuento creado para un amigo, el cual un día simplemente me dijo: Escríbeme algo.

De allí salieron estas líneas ambientadas en el día final del año 89, con un chico que en busca de algo que no encontró hasta que regreso a casa; lo cual me hace pensar que a veces podemos recorrer el mundo, y al final podríamos encontrar que lo que realmente añoramos o deseamos está a nuestro lado, o en nuestro hogar.

Espero que disfruten leyendo la historia, tanto como yo disfrute escribiéndola.

Historia para Andrés…


¡Oh!, Imagínate en estudio 54, va a ser media noche del 31 de diciembre del año 1989, la fiesta está en su punto más alto, Pero estás allí solo, bueno no sólo ya que fuiste con varios amigos; de fondo suena algo de NC, pero hoy estás en la fiesta y no buscas a nadie; no buscas congeniar con ninguna chica en la disco, todo ya te parece aburrido allí adentro.                      

Pasa el Año Nuevo y decides salir de allí y caminar, te preguntas; que tan lejos estará el Time Square; es lo que más deseas ahora, un momento de soledad mientras el resto del mundo grita

Una fina nevada cae a tu alrededor y mientras caminas vez una mujer que patina en medio de la calle y se cae (si esto es un cliché), como un gallardo caballero noventero corres en su ayuda (ya que no hay ningún otro pendejo cerca para darse cuenta que la pobre se cayó).

Llegas a donde está la pobre mujer tirada en el suelo y le tiendes tu mano para ayudar a que se ponga en pie y está mujer te deja impresionado, no por su belleza, si no por su vocabulario; una bella dama si es, pero tenía la boca más sucia que alcantarilla de París en los 1800.

En fin, la muy boca sucia dama se levanta y sigue su camino patinando, la miras alejarse y piensas si valió la pena la carrera para ayudarla; ahora estás fatigado y molesto por esto y pones en duda el seguir el camino que ya habías elegido, además la nevada se intensifica solo un poco, pero como eres demasiado terco continúas.

Ahora estás a mitad de tu camino desde este punto puedes divisar el gran árbol navideño, se ve grande y muy colorido y recuerdas que una graciosa chica que conociste en el futuro te menciono que ese árbol viene de la cultura nórdica; bien, en tu camino aparece otra bonita dama está no está en peligro, solo está haciendo lo mismo que tú, caminar, detenerse y observar el inmenso árbol. Ella tiene frío,  lo notas porque tiembla, la pobre solo lleva encima un abrigo muy delgado y unos guantes de esos que no cubren todos los dedos, tú en cambio tienes varios abrigos, aparte del que llevas encima, ahora estás en un buen nivel de vida, quieres acercarte y ofrecerle aunque sea tu bella bufanda calientica y llena de tu perfume; ella empieza a caminar en la misma dirección que tú llevas así que decides seguirla, tal vez ofrecerle tu bufanda, su ropa aunque no es abrigadora si es demasiado sexy, y te preguntas si ella fuera lo que debes buscar esta noche; arriesgar tan poco por tanto, aun así sigues el camino detrás de la sexi y hermosa dama.                       

Un momento, alguien más va tras ella, pueden estar acechándola, o puede que solo sea su pareja lo cual te dejaría con un deseo solamente salir de allí en otra dirección; el hombre se acerca y lo confirma con un gran beso de parte de la sexi dama y un bonito abrigo dado por él a ella que es su pareja; al menos no desviaste tu camino, el cuál sigues sin demora para no seguir presenciando la escena de besos ininterrumpidos que se da dicha pareja, es que no pueden ir a un lugar más privado…                       

Ahora piensas: si lo que quería era soledad por qué me dirijo al sitio más concurrido en Año Nuevo, todos estarán allí; tu celular suena en uno de tus tantos bolsillos, lo raro es que pensaste que habías apagado el mendigo celular para alejarte de todos.                       

Revisas tus bolsillos, lo encuentras, lo sacas y miras que es un número desconocido; te extrañas, ya que tú número personal no se lo das a nadie. Contestar o no hacerlo…

Contestas:

Tu: buenas noches

Voz al otro lado: Hey donde andas

O sorpresa no es una chica, es tu mejor amigo que te busca.

Tu: ¿Lejos por? De donde me estás llamando, ese número no lo tengo registrado casi no contesto pensando que era la llamada de Samanta para decirme que moriré en 7 días.                      

Tu amigo: Porque te fuiste, hay unas chicas que te quiero presentar, precisamente del teléfono de una de ellas te estoy llamando porque el mío murió.                       

Tu: Sabes que mejor dejémoslo para otro día

Y cuelgas

Mientras tú amigo exclama al otro lado » pero que le pasa a este hombre»

Estás por segunda vez a punto de dar marcha atrás a tu deseo de llegar al Time Square, aun así, como ya sabemos que eres terco, a pesar de la nieve, del frío, de la gente; a pesar de todo sigues tu camino. Llegas a un concurrido Time Square y en el hay mucho que mirar y nada en realidad; muchos árboles de navidad y la esfera del conteo en su punto más alto y te quedas allí maravillándote de la hermosa ciudad donde vives, Pasan muchos minutos, o muchas horas, no, solo han sido minutos porque aún no amanece, aun así, las personas están empezando a abandonar el lugar, así que es tarde, en lo que a ti respecta no lo sabes y no quieres ni ver el reloj.                     

Y allí estás en medio de todo y de nada pensando el siguiente pasó cuando oyes un grito y vez a alguien correr viniendo directo hacia ti, la tercera hermosa chica de la noche; no sabes porque va hacia ti pero lo aceptas.                       

La dama se acerca y te pregunta dónde está la zona de parqueo más cercana, realmente no recuerda donde está parada, te ríes porque a esa hora es imposible conseguir llegar al sitio que necesita, aun así le explicas, ella te agradece y toma rumbo a encontrar su carroza en medio de la noche, con mucha determinación.                       

Ahora es tarde y ya el frío no te lo quieres aguantar, así que decides regresar a tu casa, ese hermoso apartamento que te costó conseguir; y cuanto más que el arquitecto que lo diseñó plasmará tus ideas en el papel, hermosos muros hechos para ti e imaginados por ti.                       

Así que como es un problema encontrar un auto vuelves a caminar, afortunadamente construiste tu sitio cerca a todo, es tu aérea favorita, te toma algo de tiempo, pero llegas a tu calle, a tu edificio, y en frente la puerta una chica en medio la noche, la cual se acerca y te dice: oye tú eres Andrés; esta raro eso no…                       

Ella mira tu rostro de extrañeza, y se ríe, una risa encantadora                       

Te dice que no te preocupes, que ella es la chica que tú mejor amigo te iba a presentar ese día en la disco; que está allí porque él le pidió que se quedara mientras recorría algunas calles para buscarte porque estaba muy preocupado ya que él le dijo que tú no eres de desaparecer porque sí.                       

Ella también tiene frío, pero aún es una extraña y aunque te diga que tu amigo la dejo allí aún no te fías totalmente, entonces ella te dice que no te preocupes que va a llamar a tu amigo para que regrese, es como si leyera tu pensamiento, sabes que ella sabe que no te fías; así que ella llama y los dos esperan.                       

Un grito, un abrazo y tú mejor amigo diciéndote “hombre dónde estabas ya estaba preocupado”. Ahora abre la maldita puerta que me congelo el…                       

Ya todo aclarado abres las puertas de tu casa a tu amigo (el cual ya ha estado allí y casi es como si fuera su casa, aunque a veces quieras sacarlo a patadas del lugar), y a una total extraña con una melodiosa voz                       

Acomodas a tus visitantes, encuentras el camino a tu cama y mientras te duermes observas los hermosos momentos que has pasado allí y lo maravilloso que es poder contar con un sitio como aquel, tu hogar, el lugar más fantástico y perfecto en el cual siempre puedes estar solo y escapar un rato a otro mundo y así al final de una noche interesante cierras tus ojos sabiendo que es un nuevo año, lleno de nuevas cosas….                       

Fin

Para mi amigo, Andrés González…


© Lizette García Jiménez
Imagen de Nicky en Pixabay 

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