Hope de Frank Shepard

El arte callejero y más cuando va de la mano del activismo humanitario, tiene siempre muchos apoyos y no solo entre los grafiteros, también es muy aplaudido por el público en general. Uno de los artistas urbanos del momento es Frank Shepard, autor de “La campaña Obey” pero más conocido por ser el creador del icónico cartel con la leyenda «Hope» utilizado por Barack Obama durante su campaña presidencial. Gracias a esa obra Frank Shepard consiguió fama mundial aunque, como es habitual, cuando la fama y el dinero están en juego, siempre hay una historia de lucha de poderes detrás. Hoy, mi querido lector, vamos a hablar de esa historia, o más bien…  de ese pleito.


Primeras intervenciones callejeras de Frank Shepard Fairey

Frank Shepard Fairey, nació en 1970 en Charleston, Carolina del Sur, y con tan solo 19 años alcanzó la fama gracias a su campaña mundial “Obey giant

Esta campaña consistía en una foto en alto contraste de André el Gigante, que fue un luchador profesional y actor francés cuya extraordinaria estatura y corpulencia se debían al gigantismo.

obey

Fairey, realizó una serie de pegatinas, más tarde pósteres. El lema era “El Gigante tiene una pandilla”, pero más tarde el concepto de Fairey empezó a hacer más presentes aspectos de filosofía social y crítica del sistema, y fue incluyendo la palabra OBEY (Obedece)

Fairey, consideraba que la campaña Obey era un experimento de “Fenomenología” que intentaba estimular la curiosidad de la gente que se frustraba ya que no entendía unos anuncios y una propaganda cuyos motivos no eran obvios. Esto hacía que el espectador prestara más atención a los detalles, en busca de más información.

Pese a lo absurdo que pueda parecer, la campaña fue todo un éxito. Tanto es así, que el artista empezó a considerar “Obey” como su firma y creo su primera empresa con tres empleados.


La campaña de “Hope”

Fairey, empezó a coquetear con lo que se conoce como arte urbano político, criticando al Gobierno de George W. Bush.

George Bush

En octubre de 2007 se puso en contacto con el publicista Yosi Sergant para colaborar en  la campaña de Obama que acababa de empezar y  Sergant le ofreció la posibilidad de crear alguna obra.

Así fue como Fairey buscó una fotografía de Obama usando Google Imágenes, al objeto de tener alguna imagen en la que basar su obra.

hope

El resultado es de sobra conocido. Según el bloguero de The New York Times Steven Heller: “Los diseños de carteles para campañas políticas suelen estar cargados de clichés patrióticos (rojo, blanco y azul, estrellas, rayas, águilas) que, dada su ampulosa redundancia, tienen un efecto adormecedor en lugar de estimulante. La razón de esta rutina de diseño es simple: las imágenes de campaña convencionales generalmente son producidas por las principales agencias de publicidad siguiendo servilmente fórmulas antiguas para no hacer una declaración verdaderamente novedosa que pueda ofender a un solo votante. Pero ahora todo el mundo habla del póster inspirado en el realismo social de Barack Obama del diseñador gráfico y artista callejero de Los Ángeles Shepard Fairey, y de lo único que es. En verdad, no es tan único. De hecho, los artistas se han inspirado en candidatos particulares durante años y han diseñado carteles que rompen el molde no solo en términos de color y estilo, sino también en mensaje y tono.”

Es cierto que la obra de Fairey no era tan única. Seguro que a mi querido lector le viene a la cabeza la obra que popularizo al Che Guevara de Jim Fitzpatrick. Pero lo cierto, es que ninguna imagen lo había hecho con la inmediatez con la que lo hizo el poster de Fairey.


El principio del pleito

Pese al éxito inicial, el tema se torció y tal y como el mismo Fairey declaró, empezó una de las épocas más negras de su vida: “Pasé de estar a punto de inaugurar mi primera exposición en solitario en un museo y que mi pieza original de Obama se colgara en el Smithsonian, a ser detenido en Boston y luego, un par de días después, que The Associated Press llamase a la oficina para decir que había usado su fotografía para el póster de Hope y que querían ver los datos financieros de la imagen”.

El problema es que la fotografía que Fairey había tomado como base para realizar su ilustración, fue realizada en abril de 2006 por Mannie Garcia para Associated Press. Tal y como declaró Anthony T.Falzone, uno de los abogados de Fairey y director ejecutivo del Proyecto Uso Justo (Fair Use Project) “Fairey solo usó la imagen original como una referencia, transformándola a una imagen visualmente impactante, abstracta e idealizada que creó un nuevo significado poderoso y comunica un mensaje radicalmente diferente”.

foto y cartel de hope

Pero lo cierto es que en menos de una semana, Fairey se encontró con una demanda millonaria y una acusación en la que se le pedía 83 años de cárcel por más de una treintena de delitos de vandalismo.

El pleito duró más de dos años y finalizó con un acuerdo financiero no revelado con Associated Press en el que además, también acordaron compartir los derechos para hacer posters y mercancía basada en la imagen “Hope”.


Las leyes del copyright

A pesar del acuerdo al que llegaron las partes, lo cierto es que se puso en discusión las leyes del copyright.

Un grupo defendía que se permitiesen excepciones a las citadas leyes para algunos artistas, en base a la cantidad de obra original que se ha usado, el fin que vaya a tener la nueva obra y como afecta a la obra original, ya que la fotografía de Mannie Garcia para Associated Press aumentó su valor de forma exponencial, gracias a la obra “Hope”

Otros defienden que el uso de la imagen en el cartel fue por motivos políticos y cívicos, no comerciales, y que no sólo no ha disminuido el valor de la original, sino que lo ha potenciado. Mientras que algunos otros consideran que empleó toda la imagen ya que es perfectamente reconocible, por lo que debería al menos haber citado la fuente.

Fairey, aún sin pretenderlo, prendió la mecha del debate. Además, como es conocido, su retrato de Barack Obama con la leyenda «Hope» fue utilizado durante su campaña presidencial y la obra forma parte de la colección de retratos de la National Portrait Gallery del Museo Smithsonian de Washington.

Pero además, esta historia hizo que Fairey se reafirmase en la reivindicación de la necesidad de democratizar el arte y en el cuestionamiento de la censura y por ello nos hace la siguiente pregunta, que le traslado a usted:

“¿Por qué se persigue el arte urbano pero no a las empresas que se anuncian de forma ilegal en las mismas paredes?”


© María Ángeles Espílez Murciano

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