Huellas de diversos autores del Oriente medio

Las mil y una noches

Simbad se dejó llevar, avergonzado y cabizbajo. El señor de la casa le ofreció los mejores manjares y le dijo:

– He sabido que te llamas igual que yo, porque mi nombre es Simbad el Marino. Este bienestar que ves en mi vejez ha sido adquirido después de grandes fatigas. Te contaré la historia de mi vida.

    “Has de saber que mi padre fue un rico comerciante. Cuando murió yo era muy joven. Me hice hacer costosos vestidos, me rodeé de servidores e invité a grandes banquetes hasta que un día descubrí que me encontraba a las puertas de la pobreza. Vendí todo lo que me quedaba y adquirí mercancías para salir a comerciarlas. Me embarqué junto con otros y navegamos por el río Basora hasta salir al mar y alejarnos de las costas de la patria.

    Navegamos durante días y noches, de mar en mar, de isla en isla, de tierra en tierra y de puerto en puerto. Allí por donde pasábamos, vendíamos y comprábamos obteniendo provecho de nuestro trabajo.

    Ilustración de Las mil y una noches, de Sani ol Molk, Irán, 1853. ©Dominio público
    Ilustración de Las mil y una noches, de Sani ol Molk, Irán, 1853.
    ©Dominio público

    Las mil y una noches  (Alf layla wa-layla, en árabe) es una recopilación medieval de cuentos orientales tradicionales.

    La obra se fue gestando durante el transcurso de varios siglos y a ella contribuyeron diferentes escritores y traductores, todos ellos del Oriente próximo.

    La obra utiliza la forma conocido como del relato enmarcado; es decir, de historias que se incluyen dentro de otras historias.


    © Redacción de Encima de la niebla

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    Revista cultural

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