Huellas de Gabriel García Márquez

Cien años de soledad

Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarías con el dedo. Todos los años, por el mes de marzo, una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea, y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos. Primero llevaron el imán. Un gitano corpulento, de barba montaraz y manos de gorrión, que se presentó con el nombre de Melquiades, hizo una truculenta demostración pública de lo que él mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia. Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metálicos, y todo el mundo se espantó al ver que los calderos, las pailas, las tenazas y los anafes se caían de su sitio, y las maderas crujían por la desesperación de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse, y aun los objetos perdidos desde hacía mucho tiempo aparecían por donde más se les había buscado, y se arrastraban en desbandada turbulenta detrás de los fierros mágicos de Melquíades. «Las cosas, tienen vida propia -pregonaba el gitano con áspero acento-, todo es cuestión de despertarles el ánima.»

Cien años de soledad es una novela de 1967 del escritor colombiano Gabriel García Márquez. Considerada como una obra maestra de la literatura universal, ha tenido, y tiene, una gran difusión, habiéndose alcanzado la edición de más de 30 millones de ejemplares, en 35 idiomas.

El libro está dividido en veinte capítulos en los que narra una historia que no está supeditada a una estructura lineal. Está maravillosamente transida del realismo mágico sudamericano, mezclando y fusionando la realidad con la fantasía. Los primeros tres capítulos, los dedica García Márquez a relatar el establecimiento de unas familias en el pueblo de Macondo. En los capítulos cuatro hasta el dieciséis, se narra el desarrollo económico, político y social de dicho pueblo, para terminar, en los últimos cuatro, con la narración de la decadencia de la población.


© Redacción de Encima de la niebla

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