Huellas de Juan Ruiz, Arcipreste de Hita
El Libro del buen amor
“Por muy poquilla cosa de lo tuyo que dieres
te servirá lealmente, hará lo que quisieres,
hará por dineros todo cuanto pidieres;
ya fuere mucho o poco, da siempre que pudieres.
Hace mucho el dinero, mucho se le ha de amar;
al torpe hace discreto, hombre de respetar,
hace correr al cojo, al mudo le hace hablar;
el que no tiene manos bien lo quiere tomar.
Aun al hombre necio y rudo labrador
dineros le convierten en hidalgo doctor;
cuanto más rico es uno, más grande es su valor,
quien no tiene dineros no es de sí señor.
Si tuvieres dinero tendrás consolación,
placeres y alegría y del Papa ración,
comprarás el Paraíso, ganarás la salvación:
donde hay mucho dinero hay mucha bendición.
Yo vi en corte de Roma, do está la Santidad,
que todos al dinero tratan con humildad,
con grandes reverencias, con gran solemnidad;
todos a él se humillan como a la Majestad.
Creaba los priores, los obispos, abades,
arzobispos, doctores, patriarcas, potestades;
a los clérigos necios, dábales dignidades,
de verdad hace mentiras; de mentiras, verdades.
Hacía muchos clérigos y muchos ordenados,
muchos monjes y monjas, religiosos sagrados,
el dinero les daba por bien examinados:
a los pobres decían que no eran ilustrados.”
El Libro de buen amor fue escrito entre 1330 y 1343 por Juan Ruiz, Arcipreste de Hita y está considerada por muchos críticos como una de las obras cumbres de la historia de la literatura española de todos los tiempos.
Los manuscritos existentes no declaran el título de la obra. Precisamente por esa razón, también se le conoce como libro del Arcipreste o libro de los cantares.
Es una obra del mester de clerecía y muy extensa, pues se compone de más de 1700 estrofas, en la que el autor muestra un gran conocimiento del alma humana, sobre todo de sus pasiones. Es admirable el equilibrio que logra entre una fina delicadeza y una pícara desvergüenza, a través de una cuidada ambigüedad basada en una refinada ironía.
Su línea directriz consiste en la ficticia autobiografía de su autor, Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, aunque se incluyen diversos géneros literarios, además de aquella.
La existencia de tres manuscritos del Libro del buen amor indujo a Ramón Menéndez Pidal a pensar que se trataba de redacciones distintas compuestas por el autor en diversos momentos de su vida.
Respecto a la poesía, además del contenido central narrativo que está compuesto en cuaderna vía, se incluyen una gran cantidad de poemas en verso de arte menor en castellano. En este sentido, Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita, se considera a sí mismo como el primer poeta que versifica en todos los géneros existentes en castellano.
Una curiosidad de esta obra es que, al final del libro, el autor, de una forma completamente abierta, permite que cualquiera pueda hacer añadiduras o correcciones, con la única condición de que supiera hacerlo bien.