IA. Un nuevo ilustrador que ha venido para quedarse
En esta colaboración vamos a hablar de un nuevo ilustrador que suscita muchas preguntas y pocas respuestas. También temor y admiración a partes iguales. No es tanto por su trabajo sino por los dilemas éticos, jurídicos y económicos que suscita. Pero en lo que está todo el mundo de acuerdo, es en que ha venido para quedarse. Querido lector, hoy vamos a hablar del arte mediante inteligencia artificial.
Primeros pasos
La inteligencia artificial, IA, no es más que una serie de pensamientos complejos, utilizando patrones matemáticos, realizados por máquinas, por ordenadores. El término lo acuñó el informático John McCarthy en 1955, que tenía la idea de que los ordenadores podrían suplantar a los humanos.
Pero en el mundo del arte, tendremos que esperar hasta 1960 cuando Harold Cohen desarrolló AARON, con el objetivo de codificar el acto de dibujar. Por eso, al principio AARON realizaba dibujos en blanco y negro y era Cohen quien terminaba esas pinturas con color. Pero con el tiempo, empezó a desarrollar a AARON para que utilizara pinceles y tintes sin la mediación de su creador, de una forma autónoma.
A partir de ese momento, la IA ha ido evolucionando técnicamente y en 2018 se celebró una subasta de arte de inteligencia artificial en la casa de subastas Christie’s en Nueva York, donde la obra de arte de IA Edmond de Belamy se vendió por 432.500 dólares. La obra de arte fue creada por «Obvious«, un colectivo con sede en París.

La firma de su creador está abajo a la derecha. Se trata de la fórmula de álgebra que sirvió para su creación.
La imagen de portada
Pero no será éste el único premio que se le ha otorgado a una IA. Otro ejemplo, es la propia imagen que se ha utilizado para la portada en esta colaboración y que es obra de Midjourney, un programa de inteligencia artificial que convierte el texto que recibe de los usuarios en una imagen.
Jason Allen, ganador del concurso, con un premio de 300 dolores en su categoría de artista digital emergente, no ha querido revelar el texto que introdujo en el programa de la obra «Space Opera Theatre» que ganó el concurso de arte anual que se celebra en la Estados Unidos, en la Feria Estatal de Colorado.
En una entrevista que concedió posteriormente al New York Times, Jason Allen, afirmó que desde un principio inscribió la obra como una creación suya pero que especificó que había usado Midjourney, por lo que no había engañado a nadie, asegurando que pensaba no haber roto ninguna regla, por lo que no se va a disculpar por haber ganado.

Dilemas éticos
El principal problema ético que actualmente se debate, versa en la necesidad de la IA de alimentarse de obras y estilos de ilustradores y pintores.
Efectivamente, los principales programas de arte de IA, suelen funcionar mediante un texto que introduce el usuario pero el programa no crea de cero una imagen, sino que escoge entre los millones que tiene en su base de datos para acercarse lo más posible, al texto introducido por el usuario.
Últimamente, varios artistas creen reconocerse en el estilo de determinadas imágenes que circulan por internet, por lo que se está alimentando la idea del robo de obras.
Pero vamos a dejar de momento el tema de la propiedad intelectual y seguro que a mi querido lector, hace rato que le surge la duda de ¿es esto arte? ¿existe verdaderamente un fenómeno creativo?. El fotógrafo e investigador doctorado en Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid, Pablo Tribello, afirma que “La creatividad es algo muy complicado de definir, porque es subjetivo y viene de un momento de inspiración cuyo origen no sabemos reconocer”
Por otra parte, si pudiéramos llegar a contestar que sí es arte y creatividad ¿quién es verdaderamente el artífice: el programa, su creador, el usuario que introduce el texto?. Ya hemos dicho que la IA no crea de la nada, sino que se basa en las obras de otros. Entonces…. ¿La autoría es de esos miles de artistas? O por el contrario ¿al ser una obra nueva debemos considerar que esos artistas no han contribuido en nada?
De momento sólo tenemos preguntas…. Y la cosa no va a mejorar en el tema de la autoría.
Dilemas económico-jurídicos
En 1985, Pamela Samuelson examinó las cuestiones jurídicas que rodean la autoría del arte generado por IA en relación con los derechos de autor, en un artículo titulado Asignación de derechos de propiedad de obras generadas por ordenador , donde concluía que los derechos debían asignarse al usuario de programa que generaba la imagen.
Sin embargo, posteriormente Victor M.Palace presentó el tema con tres posibles soluciones:
1.- Que la IA fuera la propietaria de los derechos de autor. Esto comportaría que, en las legislaciones de los diferentes países, añadieran como autores no sólo a las personas físicas sino a los ordenadores, a las máquinas. Esto es muy complejo en la mayoría de los países que no contemplan como sujetos de derechos a las máquinas.
2.- Lo afirmado por Pamela Samuelson, es decir, el usuario del programa.
3.- La más sencilla de todas. Dado que todos y nadie participa, la obra debe ingresar en dominio público.
Este tema promete uno de esos juicios a los que nos tienen acostumbrados Estados Unidos…. De hecho, invito a los creadores de series que imaginen a dónde puede llevarnos los diferentes caminos esbozados….
Lo que no cabe duda, es que una IA tarda segundos en hacer una imagen, y eso va a redundar en los beneficios económicos de los artistas, que van a ver mermados sus ingresos. Incluso, es muy probable que se vean sustituidos por la IA.
Es urgente, abordar el tema de los derechos de propiedad, pero… parece difícil que, no habiéndolo conseguido hasta ahora, si sumamos un nuevo actor que además es una máquina, podamos conseguirlo ahora.
Como verá mi querido lector, sólo existen preguntas y muy pocas respuestas, y esto es sólo el principio. Aunque quizás, estemos muy influenciados por las películas de ciencia ficción y, finalmente, la IA se convierta sólo en una herramienta como lo ha sido la fotografía, el cine o el Photoshop. De momento, podemos estar tranquilos porque nadie como nuestros ilustradores para ser fuente de creatividad.
Pero es muy probable que la IA, como elemento tecnológico transformador, nos depare momentos históricos que resuelvan esos dilemas éticos, o que nos traiga nuevos, como aquellos que nos avanzaron películas tan maravillosas como Blade Runner, y que, a lo mejor, sólo a lo mejor, dentro de unos años tengamos que decir a nuestros nietos aquello de “Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia.”