Insomnio poético (VII)

Tras el viaje a la poética oriental del pasado artículo, vuelvo a retomar un fragmento del poema «maldecirte» perteneciente a María Guivernau, con quien inicié esta serie de artículos. En esta ocasión nos adentramos ya en el vértice opuesto del amor, que también produce agripnia, asociada a fuertes sentimientos negativos hacia la persona des-amada:

He vuelto a maldecirte.
Me prometí que no lo haría
pero ya no sé cumplir promesas.
Amanecía, bajé las persianas
pero el sol se coló por las rendijas
y ya no logré cerrar los ojos.
Te maldije porque quiero pasarme el insomnio en mi
cama enorme,
aunque tú no estés,
y no en este sofá camaal que me he condenado huyendo de ti. 1De “maldecirte”, en más de cien pasos de baile. María Guivernau, Editorial Saudade poesía. Toledo, 2015.


Tina Suárez Rojas es (para mí) una poeta rompedora de moldes sociales establecidos y de estereotipos poéticos convencionales. Busca una poesía que llegue directamente al lector a través de recorridos formales innovadores y pluriconceptuales. Domina la poética y la moldea para que llegue distorsionada al receptor, dejando de esta manera un poso que requiere ser digerido lentamente. Es una maestra con las palabras, con sus significados y con la ambivalencia,  de la que he aprendido mucho y a la que he tratado de imitar en alguna ocasión. De ella he escogido el poema «Salmodia» de su libro Las cosas no tienen mamá. La voz de la poeta entona una composición alejada de los tradicionales salmos de alabanza a la divinidad, dando el protagonismo a una oveja negra que será rechazada por el sueño, no pudiendo traspasar la frontera para dormir (imitar el sueño de los muertos). Fijémonos en los últimos versos de la primera estrofa, antes de repetir, a modo de estribillo «y yo cariacontecida…». Son la clave para interpretar el estadio de insomne soledad que aqueja a la poeta.

Salmodia

Esa ovejita negra que pasta en la última
latitud de la noche rumiando las estrellas
del dolor eterno la aciaga
ovejita de atroz naturaleza que el sueño
desprecia
y yo cariacontecida
de lejos y en silencio cuando todos
imitan el sueño de los muertos
sólo yo en pesadumbre
asomada al fin del mundo
abiertos los postigos de insomne soledad
escucho mansamente
a la oveja balar
balar y balar
la oscura ovejita que no sabe
que hiere la más pavorosa
de todas las criaturas esa inocente
oveja de lana mortecina
de cuya madeja nace
el final del amor

y yo cariacontecida
de lejos y en silencio cuando todos
imitan el sueño de los muertos
sólo yo en pesadumbre
asomada al fin del mundo
abiertos los postigos de insomne soledad
escucho mansamente
a la oveja balar

balar y balar.

Balar y balar. 2En Las cosas no tienen mamá, Tina Suárez Rojas. Ediciones Idea. Santa Cruz de Tenerife, 2008.


Si desea consultar los anteriores capítulos de Amor y poesía, puede leerlos en los siguientes enlaces:
 Insomnio poético
Insomnio poético (II)
Insomnio poético (III)
Insomnio poético (IV)
Insomnio poético (V)
Insomnio poético (VI)


© Texto de José Luís Pérez Fuente
Imagen de Stephanie Ghesquier en Pixabay

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