Julia Hermosilla “Paquita”

Julia Hermosilla Sagredo nació en Sestao, el 1 de abril de 1916. Seguramente, el hecho de que su padre, Juan Hermosilla, fuese un activo militante de la CNT, propició que Julia se afiliara a la organización con tan solo catorce años, comenzando a desarrollar diversas labores como la distribución de prensa libertaria, entre otras. En 1933, cuando contaba con diecisiete años, se produjo la insurrección libertaria y Julia prestó ayuda a los campesinos insurrectos de la Rioja a cruzar los Pirineos. Más tarde, ya 1934, cuando se produjo el levantamiento revolucionario de octubre, apoyó decididamente a Vicente Cuesta y a la familia Aransáez.


​Guerra civil

Desde los mismos inicios de la conflagración, formó parte de un batallón confederal como miliciana, siendo destinada al frente de Ochandiano. Tras alguna misión inicial, se le encargó de internarse en territorio enemigo con el objetivo de rescatar al doctor Isaac Puente, aunque finalmente fue detenido y fusilado.

​En plena guerra, vivió un hecho de una gran importancia para ella. Durante un bombardeo se le reventaron los tímpanos, teniendo como consecuencia una gran sordera, que, aunque superada en parte después, le dejó graves secuelas.

Eso no le impidió participar como actriz en el Grupo Artístico Confederal de Santurce. Cuando realizaba esta labor, estalló la batalla de Bilbao. A pesar de un intenso bombardeo en el puerto, logró embarcar hacia Francia, acompañada de su familia. Al cabo de dos meses, decidieron regresar a Cataluña para proseguir la lucha, cruzando para ello los Pirineos. Se instalaron en Barcelona y fue allí donde nació su hija Vida. La existencia entonces, como es de imaginar, no era fácil. Trabajó en una fábrica de cinturones para el ejército republicano, y en febrero de 1939 cruzó de nuevo los Pirineos, con la retirada republicana.


Exilio

Pero las desgracias prosiguieron sin dar tregua. Estuvo en varios campos de concentración, para acabar más tarde, una vez que pudo reunirse con toda su familia, trabajando en las minas de Decazeville. Su espíritu luchador hizo que, ya en 1940, pasara a formar parte de la resistencia contra los nazis. Después de la liberación de Francia se trasladó con su familia a Montpellier. Después de la Segunda Guerra Mundial, se instaló en Bayona con su compañero Julián Ángel Aransáez, que fue nombrado delegado de fronteras de la CNT en exilio.

Militó en la CNT de tendencia colaboracionista con el gobierno de la República en el exilio, que entendía como mejor estrategia la de formar una alianza con los socialistas y comunistas españoles.

Desde Bayona, siguió con su lucha ayudando a los compañeros que huían del fascismo a cruzar los Pirineos hacia Francia. Incluso, en ocasiones, entraba clandestinamente en territorio español con el objetivo de llevar dinero, prensa y pasquines, así como diverso material como multicopistas y máquinas de escribir.

Participó, al menos, en dos intentos de atentados. El primero de ellos contra el dictador. Esta acción es conocida como El atentado aéreo. Según los planes, se trataba de acabar con la vida de Francisco Franco mientras asistía a una regata en San Sebastián, en la bahía de la Concha. Para lograr este objetivo, se ideó el lanzamiento de unas bombas incendiarias y de metralla desde un avión. El plan no funcionó porque lo abortaron unos cazas y un hidroavión del Ejército del Aire.

​El segundo intento fallido se debía producir en el Palacio de Ayete de San Sebastián. En esta ocasión Julia Hermosilla fue la encargada de realizar un estudio del terreno para determinar el lugar idóneo donde colocar la bomba.

Después de colaborar durante muchos años contra la dictadura franquista, murió el 10 de enero de 2009, a la edad de noventa y tres años, en el Hospital Côte Basque de Bayona.


Homenajes

El 18 de junio de 2006, junto con otras y otros combatientes de la lucha antifranquista, recibió un homenaje en Archanda. Fue allí cuando recordó emocionadamente a los dieciocho miembros de su familia que fueron asesinados en Treviana, tras el levantamiento franquista.

La obra de teatro Les Solidàries, en la que se rinde homenaje a diversas mujeres, lo hace también con Julia Hermosilla.

Julia Hermosilla

© Felipe Espílez Murciano

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