Keep Calm and Carry On

En esta ocasión voy a empezar pidiéndoles que mantengan la calma y sigan adelante porque este mes vamos a conocer muchas anécdotas sobre uno de los carteles más famosos de la historia, a pesar de que casi ni vio la luz cuando nació, y su fama la consiguió, nada más y nada menos, que sesenta años después. Vamos a recorrer la historia de “Keep Calm and Carry On”, de la ciudad y habitantes de Londres que resistieron estoicamente a las bombas del Ejército nazi y como este eslogan se difundió por todo el mundo. Empecemos….


Inicio de la Segunda Guerra Mundial

En abril de 1939, la Segunda Guerra Mundial ya se daba como un acontecimiento inevitable, y no les faltaba razón a quienes así pensaban, ya que comenzó en septiembre de ese mismo año.

Ante este panorama tan desolador, el Ministerio de Información británico emprendió la tarea de preparar campañas con el solo objetivo de mantener alta la moral de la población. La guerra se preveía especialmente cruel, con ataques químicos y bombardeos. Lamentablemente, tampoco se equivocaron en esta predicción.

Para esta campaña se optó por el diseño de tres carteles, cada uno de ellos de un color primario (verde, azul y rojo), con letras blancas, en mayúscula y con una tipografía muy sencilla que escondía un mensaje esperanzador y de profundo significado, aunque luego se comprobase que esto no surtía el efecto deseado. Para acabar de redondear el diseño, los mensajes estaban firmados por la corona real, que quería representar de manera simbólica el gran poder del rey Jorge VI, padre de la actual reina de Inglaterra.

cartel verde y azul

cartel rojo
El tercero era el famoso:
Mantenga la calma y continúe

Los carteles se imprimieron en agosto de 1939 pero nuestro cartel rojo, se reservó para cuando viniesen momentos más difíciles y de momento no vio la luz.

Ciertamente esos momentos llegaron y la guerra fue especialmente dura en Londres que en un período de 267 días fue atacada por bombardeos hasta en 71 ocasiones.

Quizás esa fue una de las razones por la que campaña lejos de ser un éxito fracasó estrepitosamente hasta el punto de ser cancelada. Los ciudadanos se sintieron manipulados y las frases de ánimo no surtieron el efecto deseado, llegaron a afirmar que las encontraban paternalistas.

Pero en ese momento ya se habían imprimido dos millones y medio de copias de nuestro cartel rojo, que acabaron siendo destruidas y recicladas tras la guerra. Y así fue como nuestro cartel se perdió sin siquiera haber habitado una triste pared… pero eso no es del todo cierto porque el futuro le deparaba una gran sorpresa.


Sesenta años después

En efecto, sesenta años después, en el año  2000 Stuart Manley, propietario de la librería Barter Books, compró un cajón en una subasta. En el fondo de ese cajón encontró dormido a nuestro cartel rojo y decidió enmarcarlo y colgarlo en su tienda.

Por fin nuestro cartel había encontrado una pared donde habitar, pero las buenas noticias no quedaron ahí porque sin saberlo, había nacido un icono.

La cuestión es que cada vez que alguien entraba a la tienda y veía el cartel le pedía una copia a su propietario. Tal fue el éxito que Stuart Manley decidió imprimir una corta tirada que vendió de forma inmediata.

Un cliente de la librería, el dibujante de cómic Chris Donald, se ofreció para rediseñar y equilibrar la parte de la antigua tipografía para poder hacer más impresiones, además también aconsejó a Manley para que pidiese al Gobierno los permisos pertinentes para poder comercializar el cartel ya que no podemos olvidar que el original pertenecía a la Corona.  Y justo en ese instante empieza otra historia a la que se debe enfrentar nuestro cartel: la batalla legal por conseguir su registro.


El registro de Keep Calm

Nuestro cartel había sobrevivido a la Segunda Guerra Mundial pero el éxito y fama obtenidos gracias a la librería Barter Books, desató otra guerra: la del registro para su explotación comercial.

Aunque el derecho original de autor pertenecía a la Corona, al cabo de 50 años ya había pasado a dominio público y Manley respetando el origen gubernamental del tema no procedió a su registro. Y si bien en Gran Bretaña, nadie se atrevió a discutir la propiedad de Manley, no fue así en el resto del mundo.

Mark Coop, un exproductor de televisión originario de Surrey, decidió registrar como suyo el lema en el año 2007. Después montó un negocio en el que vendía todo tipo de artículos con el diseño del cartel. Incluso intentó vender en eBay, pero la compañía decidió que sólo aceptaría los productos ‘Keep Calm’ provenientes de la librería de Manley.

En un principio, en Reino Unido le negaron la solicitud de registro a Mark Coop, por lo que acudió a la Unión Europea, consiguiendo que le fuese otorgado el registro en el año 2012, aunque tuvo que soportar un costoso y complicado caso.

Por su parte Manley, no se dió por vencido y acudió a una firma de abogados especializada en derecho comercial para recurrir el fallo europeo y conseguir que ‘Keep Calm’ pertenezca a dominio público.

Esta guerra tiene dos frentes. Por una parte, Manley que ha lanzado una campaña haciendo circular una petición electrónica en la que apela a que deben conseguir devolver “Keep Calm and Carry On”, al pueblo británico; y por otra parte Mark Coop que en declaraciones al periódico Newcastle Journal alegó: “Barter Books no vio la oportunidad que yo vi y pienso que fueron bastante ingenuos en no registrar el dominio ni los derechos sobre el lema. Todo lo que trato de hacer es proteger mi negocio y mi sustento y evitar que otra gente se aproveche de lo que estoy haciendo”.

Y aquí la historia de nuestro cartel nos presenta varias cuestiones: público o privado; propaganda o publicidad; ética o negocio. Que el lector saque sus propias conclusiones.


Keep Calm en la actualidad

Dejando a un lado las batallas legales, lo cierto es que Keep Calm sigue cosechando éxitos debido a su estilo irreverente, y  ha acuñado nuevos eslóganes que se han puesto de moda rápidamente gracias a la propagación en redes sociales.

Seguro que ha oído o leído alguno pero vamos a citar unos cuantos: Mantén la calma y come chocolate; Mantén la calma y vete de compras; Mantén la calma y cállate; Mantén la calma y elude a la policía; Mantenga la calma y llame a Batman…. ¿Se le ocurre alguno más?

Y hasta aquí la historia de nuestro cartel, sin duda un adelantado a su tiempo. Nos vemos el mes que viene y mientras ya sabe….. Mantenga la calma.


© María Ángeles Espílez Murciano

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