La Alameda…

Si te sientas en un banco de la Alameda verás los barcos pasar por el mismo lugar que surcaron desde hace siglos, podrás ver a los niños jugar donde siempre han jugado desde hace años, cuando te sientas en un banco de la Alameda te acaricia el mismo aire, el mismo viento que empujó las velas de un buque de Ultramar, al sentarte en un banco de la Alameda te rodea el tiempo quieto, eterno.

Texto e imágenes © Emilio Poussa