La Alpujarra
Es el lugar del mundo donde mejor huele la tierra cuando ha llovido, en sus atardeceres el aire se perfuma de castaños, higueras y granados, es donde el frío añejo te acaricia el alma contemplando las cumbres nevadas, es donde dicen que un rey desgraciado y vencido escondió un tesoro, la verdad es que no sé si lo llegó a esconder, pero cuentan algunos lugareños que es tan cierto como el caminante que se asomó a un lago entre hielos y vio en el fondo un palacio sumergido, habitado por una princesa mora que se había enamorado de un cristiano y fue castigada por su padre, cuentan también de rincones vividos por duendes y por brujas de hechizos congelados, pero sobre todo esta es una tierra mezclada con lágrimas antiguas, gentes a los que se les obligó a marcharse, privándoles de su mejor tesoro; la montaña.

Seguramente pensando en volver algún día, fueron sembrando los barrancos de botes de taracea llenos de alhajas, zarcillos, monedas, perfumes de ámbar gris y almizcle, riquezas ocultas que eternamente serán guardadas por princesas tristes, brujas de hechizos congelados, duendes solitarios, cristianos muertos por amor, padres arrepentidos, reyes desgraciados y vencidos y caminantes visionarios.

Fijo que los gatos alpujarreños conocen todos los secretos, pero no quieren hablar.
Texto e imágenes © Emilio Poussa