La pintura

Antes de dar la vuelta al cuadro me imagino el retrato de una joven en un sofá durmiendo plácidamente acunada por sus sueños, o mejor una cara con una sonrisa enorme y con unos ojos que te miran de frente, ojos con fondo de agua.


Dale la vuelta. Óleo de Emilio Poussa
Dale la vuelta. Óleo de Emilio Poussa

Y por qué no imaginar el agua del mar, quieto o bravo, verde, turquesa, oscuro, ultramar, negro donde se refleje la luna, celeste donde se refleje el cielo.

Y por qué no el cielo, infinito y transparente, limpio de una mañana de verano con algún pájaro que lo cruce.

Y por qué no un pájaro, o mejor muchos pájaros de colores, sobre todo azules, rojos, con las alas abiertas atravesando bosques tropicales oyendo de lejos cantar Lindeza, inundándolo todo con la música.

Y por qué no pintar la música con su forma  y con todos los colores del universo .


Políptico de las alas de mariposa. Óleo de Emilio Poussa
Políptico de las alas de mariposa. Óleo de Emilio Poussa

Dale la vuelta, ojos cerrados, ábrelos despacio y sorpréndete…  deja  que salgan y que  comiencen a  volar, hazlo con cuidado porque las puertas de alas de mariposa se pueden romper o ser serpientes guardianas del paraíso.

 En uno de los cuadros ha anidado un gorrión, lo ha hecho su casa.


La casa del pájaro. Óleo de Emilio Poussa
La casa del pájaro. Óleo de Emilio Poussa

Texto e imágenes © Emilio Poussa

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