La siesta

Las tardes de julio aquí en el sur, después de que el salitre sea un recuerdo y la piel agradezca el tacto de la propia mano, las calles se quedan mudas, intransitables, atravesadas por una luz intensa, inmensa, y el cuerpo comienza a pesar y a entregarse en un dulce duermevela a viajes soñados, solo de lejos, muy de lejos el sonido de un coche, la voz lejana de alguien y el silencio de nuevo.


La tarde de julio cuadro de Emilio Poussa
La tarde de Julio de Emilio Poussa

Es un silencio antiguo, el mismo sentido por generaciones, el mismo de fotografías color sepia, el que se congela en un instante, el que huele a lo más viejo de un cajón, el que guarda secretos inconfesables, el que mira por la azotea y disfruta, el que piensa, mira y descansa; la alegría.


Laalegría, cuadro de Emilio Poussa
La alegría de Emilio Poussa

El cuerpo se hunde, pesa, sueña, pájaros en la cabeza, azules casi siempre, viaja, desprende el calor hermoso del sol del verano, el olor a playa, el sueño.


Pájaros en la cabeza cuadro de Emilio Poussa
Pájaros en la cabeza de Emilio Poussa

© Emilio Poussa

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