La única certeza de Jorge Castro
A Marta
En la escuela nunca nos enseñaron a vivir
ya que sabían que el tiempo
se encargaría de hacerlo…
de borrar tu sonrisa perfilada de algodón de azúcar
y sueños por cumplir.
Tenías los ojos hambrientos y felices,
hacías tuyo cada instante
mientras robabas a la noche
su enjambre de estrellas,
cómplice del viento,
sabedora de que el cielo
vuelve a renacer tras cada paso.
Buscabas en el cuaderno del silencio
las palabras necesarias
para tu andar despierto,
para yacer sobre un lecho de nubes,
de fresca lluvia verde
en las noches de invierno.
Nunca nos enseñaron a borrar cicatrices,
a reparar las alas cansadas
de volar en la tormenta,
a dar consuelo y abrigo
como sólo una madre puede…
a aliviar el peso del tiempo en los ojos.
Quizás nunca sepa responder
a ciertas preguntas
que el alma deja entrever,
y con mucho pesar,
no termine de pisar la tierra,
pero a pesar de todo,
de no saber vivir,
a pesar de la niebla en los días grises
y las lágrimas de barro,
a pesar del tiempo y de la espera,
déjame intentar curar tus heridas,
déjame ser la única certeza
que exista en este inmenso mar
donde casi todo es mentira.
© Jorge Castro de Poemas de fuego y escarcha, Ed. Parnass. 2018