La ventana de la espera crepuscular de Felipe Espílez Murciano
Un farolillo encendido en tu ventana anunciando la noche postergada.
La lluvia en el alféizar,
llora por nada,
tu kimono de seda derramada,
sobre tus manos el aire se hace de nata,
el rojo brillante de una manzana,
una jaula de pájaros con dos guirnaldas.
Espera un jazmín en duermevela, dos claveles huyendo en una acuarela, tu mirada, dos garzas se la llevan.
La esquina desde la que te miro tiene un borde afilado de suspiros.
¡Qué solo estoy, solo conmigo en esta línea de quejidos!
La ventana se cierra a mis ojos,
otro día que se ha ido.
El silencio se duerme,
en mis pestañas, temblor de frío.
Texto e imagen © Felipe Espílez Murciano