La voz del mundo de María Victoria Montemayor

Cuando en la esfera celestre ardían las estrellas
un murmullo descalzo, etéreo e impalpable,
volaba junto al aire.
Tus manos, hechas cuenco, se alzaron al espacio
y en él fueron cayendo, como una lluvia fina,
palabras encendidas.
Era la voz del mundo la que en ellas hablaba
y te decía en silencio que nada existe aislado,
que todo lo creado, aunque se desarrolle,
tuvo el mismo comienzo
y tendrá igual final.


© María Victoria Montemayor
Imagen de Bruno /Germany en Pixabay

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies