Las etéreas ninfas del final de verano

Criatura quebradiza en apariencia
serás siempre la reina del remanso,
curioso predador de cien mil ojos,
bella herencia de un tiempo cuaternario.

— Joaquín Galán –


Buen agosto, hermosos míos. Ya encaramos el final del segundo cuatrimestre del año y seguimos casi tan mal -tema Covid- como al principio. Sé que estos comentarios no deberían aparecer por mi sección y mucho menos cuando estará dedicada a un ser tan mágico como real, a un insecto que despierta pasiones en muchas personas, pero… Por eso antes de sumergirme en esta mezcla de ciencia y fantasía/espiritualidad, me gustaría contaros el tremendo estupor en el que permanentemente vivo en la actualidad. No puedo creer que después de más de un año de pandemia una enorme cantidad de gente (conciudadanos, vecinos, parientes y amigos) aún no se haya enterado de la gravedad del virus y continúen jugando a que son gente libre y rebelde, que vacunas y mascarillas son para cobardes y que ellos no las necesitan; se puede discutir el fondo y la forma de todas las medidas tomadas y aún por tomar pero eso no exime a nadie para saltarse una serie de normas mínimas de convivencia que evitará mucho dolor a muchas personas. Ni lo entiendo, ni lo comprendo, ni aceptaré jamás ninguna disculpa o excusa respecto al tema.

Ya es hora de bucear entre toda la información que he encontrado sobre nuestras gráciles criaturas y me faltará espacio, como siempre. Estas náyades del mundo animal no podrían ser otras que libélulas y damiselas (también llamadas caballitos del diablo) y a ellas va dedicada el artículo de agosto. Comenzaré, pues, por la parte científica y dejaremos para el final las referencias culturales y otras que poseen un cierto toque de misticismo.

Tanto las libélulas como las damiselas pertenecen al Orden de los Odonatos y cada una de ellas, a subórdenes diferentes. Pero a nosotros nos da casi exactamente igual estas subdivisiones, pues son irrelevantes para el relato. Sólo daré un par de detalles que las distinguen, pues el resto (morfología, ciclo de vida, alimentación…) es prácticamente igual.

libélulas

La principal diferencia es la postura de las alas cuando están en reposo. Las libélulas las dejan extendidas, mientras que las damiselas las pliegan. También difieren en la ubicación de los ojos; en las libélulas suelen estar más juntos y al frente de la cabeza, en las damiselas tienden a tener la mayor parte en los laterales.

libélulas

Son unos ojos fascinantes, compuestos por más de treinta mil facetas hexagonales minúsculas y cada una de ellas tiene su propio cristalino y retina, lo que les permite controlar los 360º de su alrededor sin mover la cabeza. Más que ver lo que hacen es sentir todo lo que se mueve en torno suyo. Ocupan alrededor de 2/3 de la cabeza. Como el resto de los insectos su cuerpo está formado por cabeza, tórax y abdomen. El abdomen es largo y estilizado, compuesto por unos diez segmentos y acabado en unos apéndices que se usan en el apareamiento. El tórax es el centro de la locomoción pues en él se juntan los tres pares de patas y los dos pares de alas. Las patas no les sirven para caminar, sólo para agarrarse a las plantas cuando están en reposo y para atrapar a presas o a la pareja durante la cópula.

libélulas

Las alas se caracterizan por ser transparentes, membranosas y bastante estrechas. En las libélulas, el par superior suele ser algo más estrecho que el inferior; en cambio, en las damiselas ambos pares tienen una anchura similar. Su frágil apariencia esconde una enorme potencia de fuerza, equilibrio y velocidad. Pueden aprovechar la más mínima brisa y al mismo tiempo resistir fuertes vientos en contra. Al contrario que otros insectos, las alas no están articuladas y pueden batir las anteriores y posteriores de forma simultánea o alternada en diferentes fases del vuelo, lo que deriva, respectivamente, en una mayor potencia con mayor coste energético, al despegar, y en una potencia y coste menor, durante el vuelo. También les permite volar en todas las direcciones, incluso hacia atrás y realizar giros extraordinarios. Alcanzan una velocidad de 60 km/h, llegando algunas especies a los 100 km/h y sólo realizan unos 30 aleteos por minuto (moscas y mosquitos necesitan más de 500).

También pueden volar grandes distancias, siempre en pos del agua. La especie Pantala flavescens llega a recorrer más de 17000 km, una cantidad que excede en mucho a la muy afamada migración de la mariposa monarca (algo más de 4000 km).

libélula

Son unas auténticas acróbatas del aire, pero también están sujetas a la presencia del agua en sus vidas. Sus primeras fases de vida (huevo y larva o ninfa) están ligadas al agua. La larva es una predadora agresiva, igual que los adultos. Esa voracidad hace que sean un más que eficaz remedio para acabar con las plagas de mosquitos, pero siempre que las aguas estén en perfecto estado de pureza, pues son muy sensibles a cambios en el pH, la temperatura, la presencia de contaminantes y la cantidad de agua que circula. Es muy curioso saber que la mayor parte de la vida de estos insectos se la pasa en el estado de ninfa pues al no tener una metamorfosis completa (no pasa la etapa de pupa) necesita hacer muchas mudas hasta llegar a convertirse en adultos. El tiempo del ciclo de vida depende de la especie, desde 6 meses hasta unos cinco años, siendo la fase adulta la más breve (unos dos meses de media).

libélulas

Me gustaría resaltar la conocida postura de apareamiento, que forma una figura que a veces recuerda a un corazón (esa necesidad imperiosa del ser humano por antropomorfizar el mundo). Y también los dos tipos de vuelo que los machos realizan: el de caza, a lo largo del río y realizando bucles a toda velocidad, y un segundo, donde se colocan perpendiculares a la orilla y se mueven en círculo sin cambiar esa posición (defienden su territorio y atraen desde allí con sus colores a las hembras, peleando con los machos rivales).

Existen libélulas desde hace más de 300 millones de años, es decir, aparecieron mucho antes que los dinosaurios ya extinguidos, aunque en aquella época eran bastante más grandes; se han encontrado fósiles con una envergadura de alas de casi un metro. Esa continuidad a través de los tiempos ha hecho que en muchas culturas antiguas sean consideradas como un símbolo.

En los nativos norteamericanos son un símbolo de felicidad, velocidad y pureza, ya que según ellos se alimentan directamente del propio viento. Según otras fuentes, las deificaban como las almas de los muertos y como símbolos de pureza y transformación, también de victoria, poder y prosperidad.

En China se asocian con la prosperidad, la armonía y la buena suerte.

En Japón son muy apreciadas  y para ellos simbolizaban el poder, la agilidad, y por encima de todo, la victoria; siempre han estado asociadas a los samuráis.

En los pueblos birmanos nativos se lanzaban regularmente libélulas en las aguas cercanas a sus poblados, con el fin de controlar las poblaciones de mosquitos que causaban la fiebre amarilla.

En cambio, en el folklore inglés y germánico se las denomina picadoras de caballos

Actualmente se las nombra mucho en el campo de las paraciencias, identificándolas con sueños, pensamientos, subconscientes, superación, positivismo y demás jergas usadas en estos campos.

libélulas

Ya estamos llegando al final. Actualmente existen miles de especies, pero comienzan a tener problemas de supervivencia por culpa de la degradación ambiental de los hábitats en que acostumbran a vivir. Son unos insectos, además de hermosos e inspiradores, totalmente inofensivos para el ser humano, no pican ni muerden. A cambio nos limpian de moscas y mosquitos que viven en su entorno, evitando la propagación de enfermedades como la malaria y la fiebre amarilla. Como siempre me quedan cosas por contar y fotos que compartir, lo avisé desde el principio… y aún así excedo bastante de las recomendaciones sobre el espacio.

Sólo me queda añadir que dedico este artículo a todas esas personas que adoran a las libélulas y damiselas. Nos vemos en septiembre. Cuidaos y sed felices.


Fuentes y Referencias: Animales normales, Biopedia, Blasting News España (Cesar Brayllan Fernandez), Blog Paisajes que retornan (Joaquín Galán), Blog thinkbig-Proyecto DragonflEye (Javier Del Castillo), Crónicas de Fauna, Crónicas de un Ammonite (www.dragonfly-site.com, www.insects.about.com, www.ucmp.berkeley.edu, D. P. Troast), Culturizando, Curiosas mentes, Decoración y Jardines, El Economista (Agencia SINC), El Mundo, El Universal, Factoides, Guía de Jardinería, Iagua (Enrique Castellanos), La Flecha, La Vanguardia (Elena Martínez Batalla), Le Frontal (Manuel G.), Libelulapedia, Mis animales, Muy Interesante, Nuestro clima (National Geographic), OK Diario (Gemma Meca, joyas de Thomas Sabo), Paradais Sphynx (Johanna Moreno), Quo (Juan Scaliter), RTVE (Departamento de Ecología y Biología Animal de la Universidad de Vigo), Smart Grids Info, Soul of the Dragonfly.


© Carmela Pérez Nuñez

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