Las guionistas, pioneras del cine

Sale este numero de Encima de la Niebla a las puertas del 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer, por lo que es un buen momento para recordar a las pioneras del Cine. Ahora estamos acostumbrados a ver mujeres realizando trabajos diferentes al de actrices: directoras, montadoras, guionistas, directoras de fotografía, etc. Sin embargo, como siempre digo, es importante conocer la historia y recordar lo que hicieron otros antes que nosotros, para a partir de ahí seguir creciendo. Y en especial, dada la efemérides que mencionaba al principio, recordar a aquellas que en tiempos difíciles consiguieron realizar un magnífico trabajo dentro del mundo del cine.

Decía Kurosawa, que con un buen guión un director quizá pueda hacer una gran película, pero con un mal guión ni un gran director podría hacer una buena película. Viene esto a cuento de la cada vez más evidente importancia de los guionistas y el cada vez más necesario reconocimiento de su trabajo en la historia del cine. En un principio fueron los grandes productores como Darryl F. Zanuck, Irving Thalberg o David Selznick, los que dieron su estilo inconfundible a las películas de sus productoras, dando nacimiento al Sistema de los Estudios de Hollywood (Star System), que tan grandes obras dejó en su momento y que se basó en los actores y las actrices como medio de difusión entre el público. Luego vendría la reivindicación del director como autor de la obra final, a comienzos de la segunda mitad del siglo pasado, con la decidida acción de los franceses de la Nouvelle Vague. Tenia en la revista Cahiers du Cinema su base teórica, y en los Truffaut, Godard y Rohmer entre otros, su fundamento ideológico y teórico. En ese sentido, se manifestaron también los británicos del Free Cinema, reivindicando la figura del director. Vendrían después épicos duelos como el de Alfred Hitchcock con David Selznick, que todavía hoy suscitan apasionados debates sobre la autoría de alguna de sus obras. A modo de anécdota, Hitchcock le contó a Truffaut en su famosa entrevista, como rodaba estrictamente los planos imprescindibles para que la película SÓLO se pudiera montar como el deseaba, en contra de la voluntad del productor, que quería que el director rodara muchos planos, para que luego él pudiera elegir entre todos ellos y hacer el montaje que quisiera.

Ahora en el siglo XXI, somos muchos los cinéfilos que pensamos que ha llegado la hora de reivindicar la aportación fundamental del guionista como creador, en esa trinidad base de toda gran película: productor, guionista y director, en la que el primero organiza todo el proceso, pero en la que el segundo es la piedra angular del edificio sin la que es imposible una gran obra, como nos recordaba Kurosawa. Así que al hablar de autor, se debería citar a los tres, lo que estaría más cerca de la realidad del trabajo en equipo que es el rodaje de un film. Afortunadamente, el apogeo de las Series, ha venido a poner la figura del guionista en el lugar que merece y muchos se han convertido en las verdaderas estrellas que buscan los productores y a cuya disposición ponen los actores y directores que necesiten.

Y si nos fijamos en los guiones, llama la atención la abundancia sobre todo en los orígenes, de mujeres guionistas, de tal modo que después de las actrices, era el oficio mas habitual para ellas en el mundo del cine, aunque al igual que les pasaba a los hombres, nunca suficientemente reconocidas, hasta la actualidad. Ya escribí sobre el tema en la revista EL SIETE DE ARAGÓN allá por el 2002. Históricamente, la participación de la mujer en el cine ha sido en este campo, muy superior en número y calidad al de otros, como la dirección, sin olvidar las obras literarias que servían de base, o en la adaptación del guión cinematográfico propiamente dicho. Y en algunos casos que ahora veremos, su trabajo fue tan reconocido que pasaron a ser ejecutivas de la alta dirección de los estudios.

Conozcamos brevemente a estas pioneras, que por cuestiones de espacio nos limitaremos a las anteriores a los años 50 del pasado siglo, agrupadas por áreas geográficas.


Americanas

June Mathis, la estadounidense fue la primera gran guionista de la historia, que tras el éxito alcanzado llegó a ser en 1919 la primera mujer ejecutiva de cine de la historia de Hollywood. En 1926 fue votada por el AMPAS como la tercera mujer más influyente en Hollywood tras las actrices Mary Pickford y Norma Talmadge. Mathis escribió y colaboró en más de 100 guiones desde 1915 hasta 1927. Estableció el estilo de escritura de guión que se utiliza en nuestros días, siendo la primera en recoger acotaciones. Entre sus grandes éxitos hay que mencionar Los cuatro jinetes del Apocalipsis (1921) de Rex Ingram, basada en el libro de Vicente Blasco Ibañez; la inconmensurable Avaricia (1924) de cuatro horas de duración del excesivo y a la vez grandioso Erich Von Stroheim y finalmente el Ben-Hur (1925) de Fred Niblo, que padeció numerosas incidencias durante el rodaje de la película.

June Mathis,

Lois Weber, la estadounidense fue guionista y directora, además de productora y actriz. Aunque participó en mas guiones que June Mathis a lo largo de su carrera, no llegó a protagonizar grandes éxitos como los que hemos comentado antes. Sin embargo, fue la primera mujer en dirigir un largometraje, El mercader de Venecia en 1914, y la primera en usar sonido. Weber dirigió al menos 135 películas. Es considerada pionera en el uso de la pantalla dividida y en mostrar un desnudo frontal femenino. Además, dirigió la primera adaptación de Tarzán para el cine.

Lois Weber,

Fances Marion. Nacida en San Francisco, fue una de las más grandes guionistas de la historia del cine, no solo por ser muy prolífica, ya que participó en casi 200 guiones, sino porque fue la primera mujer en ganar un Oscar por el guion. Hablamos de 1930, cuando estaban empezando las películas habladas, y todavía no se diferenciaban los Oscar a guion original y guion adaptado. Llegó a dirigir 3 películas, si bien menores. Trabajó como periodista, y fue corresponsal de guerra durante la Primera Guerra Mundial. A su regreso fue contratada como guionista ayudante. Ganó su primer Oscar por la película The Big House (El Presidio 1930). Al año siguiente, volvió a llevarse la estatuilla a casa por The Champ (El Campeón  1931), dirigida por el gran King Vidor. Abandonó Hollywood en 1946 y se dedicó a escribir teatro y novelas.

Fances Marion.

Anita Loos, la estadounidense escribió regularmente para revistas de la categoría de Harper’s Bazaar, Vanity Fair y The New Yorker. Como guionista trabajó para la Metro Goldwyn Mayer durante 18 años. Fue una escritora conocida por su novela cómica Los caballeros las prefieren rubias (1928), llevada primero a la gran pantalla en 1928 y más tarde en 1953 con enorme éxito por el gran Howard Hawks. Entre los guiones que escribió y los que se inspiraron en sus obras, se le reconoce como autora de un centenar largo de guiones.

Anita Loos,

Dorothy Arzner nacida en San Francisco, fue la única mujer directora de cine en el Hollywood de los años 30. Empezó de camarera en un pequeño restaurante que tenía su padre en Hollywood, donde trataba diariamente con actores, directores y guionistas. Después de servir en el Cuerpo de Ambulancias durante la PGM, Arzner entró en el mundo del cine como secretaria del departamento de guiones con los hermanos DeMille. Fue una directora de cine prolífica durante la época dorada del sistema de estudios en Hollywood. En 1943 se retiró del cine para dedicarse a la publicidad. Enseñó cine en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), donde tuvo como alumno a Francis Ford Coppola.

Dorothy Arzner

Europeas

Alice Guy Blaché, nacida cerca de Paris, desarrolló su trabajo desde 1896 hasta 1922 y fue la primera mujer guionista y directora en la historia del cine. En 1896 Guy dirigió La Fee aux Choux (El hada de los repollos), la primera película que duró más de un minuto, y la pionera también en contar una historia. Trabajó durante décadas entre Francia y Estados Unidos, hasta realizar casi 1.000 filmes, recibiendo la Legión de Honor en 1955. Se la considera por ello, la directora más prolífica de todos los tiempos, aunque como era habitual en la época, bajo el dominio de los grandes Estudios, sólo 140 fueron firmadas con su nombre. Algunos investigadores le atribuyen el estilo cinematográfico que inspiraría más tarde a Alfred Hitchcock.

Alice Guy Blaché,

La alemana Thea Von Harbou (1888-1954), fue primero actriz y posteriormente guionista y escritora. En poco tiempo se convertiría en una de las más célebres guionistas alemanas, no solo por su colaboración con el que luego seria su marido, Fritz Lang, sino también por escribir guiones para directores como F. W. Murnau o Carl T. Dreyer, entre otros. Se la conoce especialmente como la guionista de clásicos de la ciencia ficción como Metrópolis (1926), La Mujer en la Luna (1928), así como por obras de la envergadura de M, El Vampiro de Dusseldorf (1931), Los Nibelungos (1923-24) y la saga del Dr. Mabuse, dirigidas todas ellas por Fritz Lang, que se había convertido en el director mas importante de los famosos Estudios UFA de Berlin. Pero los problemas llegaron cuando El Testamento del Dr. Mabuse, critica nada velada al nazismo fue prohibida. Para entonces ya habían surgido problemas en la pareja por sus diferencias ideológicas. Poco después de terminar la película, Goebbels le invitó a su casa y le ofreció hacerse cargo de la dirección de los Estudios UFA. Fritz Lang, atónito, le comentó que su madre era judía y Goebbels le contestó: “Somos nosotros quiénes decidimos quién es ario y quién no”. Cuentan que aquella misma noche, Lang aterrorizado, salió en dirección a Paris para posteriormente ir a EE.UU. Sin embargo Thea Von Harbou se quedó en Alemania y permaneció fiel al régimen, entró en el Partido Nazi colaborando como guionista en la realización de numerosas obras, llegando a dirigir dos películas.

 Thea Von Harbou

Leni Riefenstahl. Nacida en Berlin, inició su carrera como actriz antes de convertirse en directora de cine. Fue una de las pocas alemanas en dirigir una película durante la Republica de Weimar, cuando en 1932 dirigió y produjo La Luz Azul (Das Blaue Licht). Ese año conoció a los principales dirigentes nazis en un evento político en Berlin. En una reunión con Hitler, fue elegida para filmar la propaganda nazi, siendo El Triunfo de la voluntad (1935) (Triumph des Willens) que recoge el Congreso del Partido Nazi en Núremberg, por la que recibió numerosos premios, no solo en Alemania, sino en Francia, EE.UU. y Suecia entre otros países. Algunos críticos consideran que está entre las películas propagandísticas más impresionantes y a la vez técnicamente más innovadoras que jamás se hayan hecho.

Igualmente destaca Olympia (1938), famoso documental que recoge los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936, en el Estadio Olímpico de la Alemania nazi. Dividido en dos partes, Festival de las Naciones y Festival de la Belleza, se convirtió en un referente para la realización de fotografía deportiva. Sus magníficos primeros planos y el ritmo del montaje, recogen perfectamente el esfuerzo de los atletas, y refuerzan la idea de que con esfuerzo y voluntad, todo se puede conseguir. Remite así al otro de sus famosos documentales nazis ya mencionado, El Triunfo de la Voluntad.

Leni Riefenstahl.

Españolas

Finalmente dentro de las españolas hay que recordar a la valenciana Helena Cortesina cuya obra Flor de España incluía corridas de toros reales. Rodada en exteriores entre Madrid y Aranjuez, su estreno comercial en 1923 la constituye como la primera realizadora española.

Helena Cortesina

Mas tarde vendría la barcelonesa Rosario Pi, que debutó como guionista con Doce Hombres y una mujer (1935). En su siguiente trabajo fue ademas la directora, El gato montés (1936), que era una adaptación cinematográfica de la zarzuela del maestro valenciano Manuel Penella de 1916. El gran critico Carlos Aguilar, la considera una notable realización por su ritmo narrativo y por su sorprendente final …

Rosario Pi,

Ya en el limite del periodo que hemos establecido, nos encontramos con Margarita Aleixandre, nacida en León, quien realiza como guionista y directora dos películas. Cristo (1954), que recibió entre otros premios, el del Círculo de Escritores Cinematográficos, y La ciudad perdida (1955), considerada la única película de cine negro dirigida por una española. Su  última película ya solo como realizadora, fue La gata (1956). Melodrama escrito para el lucimiento de Aurora Bautista, tuvo una acogida discreta. Recientemente restaurada en 35 mm., destaca la fotografía de Juan Mariné. Cuenta una historia de amor condicionada por las diferencias sociales, en la que el mundo taurino, lejos de ser anecdótico se constituye acertadamente en un motivo constante de la historia. Fue la primera película rodada en España en CinemaScope a color, a la vanguardia en aquel momento. Mas tarde iría a Cuba, donde vivió once años durante los que trabajará con Tomás Gutierrez Alea en el recién fundado ICAIC, Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográfica. 

Margarita Aleixandre,

Finalmente hay que mencionar a la madrileña Ana Mariscal, que en los 50 escribe y dirige dos películas. Tras sus grandes éxitos como actriz, su primer trabajo como guionista y directora Segundo López, aventurero en la ciudad (1953), fue percibida por el régimen como una traición de su aclamada actriz oficial. Era el retrato en blanco y negro de la miseria de la posguerra, lo que no agradó excesivamente a los censores franquistas. Su segundo trabajo Con la vida hicieron fuego (1958) tampoco tuvo demasiado éxito y debió contentarse con sus grandes triunfos como actriz.

 Ana Mariscal,

Para terminar nuestra aproximación a los guionistas, una vez repasadas las Pioneras, hay que resaltar las curiosas colaboraciones estables de guionistas y directores. Una buena idea para una Filmoteca, sería proyectar de forma ordenada, un ciclo de los filmes de guionistas con diferentes directores y observar sus constantes y diferencias. No siendo extraño, más bien todo lo contrario, encontrar “parejas” estables en el tiempo como decíamos, de director y guionista. Recordemos las de Alma Reville con Alfred Hitchcock (12 veces), Paz Alicia Garcíadiego con Arturo Ripstein (15 veces). Igualmente notable es la presencia de escritoras cuyas obras son llevadas a la pantalla, como Daphne de Maurier en Rebeca y Los Pájaros, que llevaría al cine Alfred Hitchcock, o la famosa Lo que el viento se llevó escrita por Margaret Mitchell. En hombres recordamos a Jean-Claude Carrière y Luis Buñuel (6 veces), con el que además escribió sus memorias, Charles Brackett con Billy Wilder (6 veces) o I.A.L. Diammond también con Billy Wilder (12 veces). Y es que la afinidad y complicidad que se alcanza en la escritura de un guion, crea lazos muy fuertes. Así que, la próxima vez que vayamos a ver una serie o película, debemos mirar más allá de las caras de los actores y actrices, y fijarnos en alguien que previamente escribió el guion con el que todo empezó. Finalmente, otro aspecto interesante que habría que destacar, es el paso de guionista a director, que harían entre otros con gran éxito, Joseph L. Mankiewicz o el propio Billy Wilder porque, como él mismo decía, estaba harto de que le destrozasen sus guiones. Pero ésa amigos, es otra historia, que contaremos en otra ocasión.

© Chusé Inazio Felices

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