Lo que se esconde tras el silencio de los corderos
Grandes películas se conocen por su cartel y en esta sección hemos traído alguno de ellos, empezando por la mítica Metrópolis. Pero en esta ocasión quiero compartir con usted, mi querido lector, otra obra de arte de nuestro cine y del cartelismo. Se trata de la extraordinaria película El silencio de los corderos de Jonathan Demme protagonizada por Anthony Hopkins y Jodie Foster y cuyo cartel fue obra de la diseñadora Dawn Baillie. Pero este cartel, esconde un sorprendente detalle, un pequeño secreto a la vista de todos, y en esta ocasión vamos a verlo con lupa para hacerlo visible.
Dawn Baillie y El silencio de los corderos
Dawn Baillie, es una diseñadora que, ya desde sus años estudiantiles, estuvo muy influenciada por el surrealismo y por algunos representantes de este movimiento como Salvador Dalí, y eso se ha transmitido en todas sus obras.
Su elección para realizar el cartel de El silencio de los corderos supuso un espaldarazo a su carrera. Tanto es así, que más tarde le encargaron otros trabajos como el diseño del cartel de la película El show de Truman, realizando este maravilloso trabajo, en el que resumió toda la esencia de la película, pues se trata de la foto de Truman (protagonista de la película), compuesta y dibujada con distintos fotogramas de su propia vida, del show de su vida.
Después de varios trabajos, recibió en 2012 por todos los logros de su carrera, el merecidísimo premio Saul Bass Award al diseño.
Pero… hemos visto, un trabajo de composición en El show de Truman, y mi querido lector se preguntará ¿qué tenía de especial el cartel de El silencio de los corderos?
Como todo el mundo conoce, pues el cartel es mundialmente conocido, se trata de la imagen de su protagonista, Jodie Foster sobre un fondo negro con la boca tapada por una mariposa.
Y precisamente, es esa mariposa, la que nos va a llevar al secreto que se esconde tras el silencio de los corderos.
La mariposa de El silencio de los corderos
Antes de desvelar el secreto a la vista que contiene el cuerpo de nuestra mariposa, quizás sea interesante saber un poco sobre ella. Se trata en realidad de una polilla conocida como esfinge de la calavera o esfinge de la muerte (Acherontia atropos). Su nombre le viene de un rasgo peculiar que podemos observar en esta mariposa nocturna, que no es otro que el dibujo que tiene encima del tórax y que recuerda una calavera humana.
Su alimentación tampoco es normal, como le pasaba al doctor Hannibal Lecter protagonizado por Anthony Hopkins en la película, ya que ingiere cantidades ingentes de miel, superiores incluso, a su peso corporal, entrando con total osadía en los paneles de abejas.
Como curiosidad, este animal cuando come grita, y lo hace con un sonido muy parecido al del aleteo de la abeja reina, con el solo objetivo de no ser atacada por el resto de las abejas del panal.
El secreto de la mariposa: In voluptas Mors
Pero vamos al secreto que esconde su cuerpo, y que mi querido lector seguro que ya habrá adivinado que se encuentra en esa calavera que tiene en el tórax y que nuestra diseñadora Dawn Baillie, sustituyó por otra obra de otros artistas. Se trata de la fotografía “In voluptas Mors” concebida, nada más y nada menos que por Salvador Dalí en 1951 en colaboración con el fotógrafo Philippe Halsman, personaje con una vida interesantísima y que inmortalizó a múltiples personalidades del cine y la política.
En la obra In voluptas Mors, puede verse a Salvador Dalí posando junto a una calavera gigante, un cuadro vivo, compuesto por siete modelos femeninos desnudos. Al fotógrafo Philippe Halsman, le costó más de tres horas, organizar a las modelos de acuerdo con el diseño que había dibujado Salvador Dalí.
In voluptas Mors tiene como traducción aproximada «En el placer está la muerte», aunque también se conoce la obra, sobre todo en el mundo anglosajón, como «Muerte voluptuosa».
Ahora, si se fija detenidamente en la calavera de nuestra mariposa, podrá observar la composición de estas mujeres. Podrá ver con total nitidez, la cabeza de una modelo entre los ojos de la calavera o los pies de otras modelos haciendo de dientes.
No cabe duda de que la admiración por Salvador Dalí de nuestra diseñadora Dawn Baillie, la ha llevado a la ejecución de obras maestras, en las que el dibujo y el guion de la película se entremezclan sin saber dónde acaba uno o empieza el otro. O acaso eso de «En el placer está la muerte» ¿no tiene mucho que ver con las aficiones gastronómicas de Hannibal Lecter?
