Luna de aire de Felipe Espílez Murciano
En el profundo misterio de la noche,
cuando la luna hiere a las sombras,
veo siempre un beso redondo y blanco
en los escombros de mi memoria.
Muros de piedra con clavellinas muertas,
la luna no tiene con quien besarse,
mis recuerdos no tienen labios
ni mis labios tienen ya sangre.
¡Ay luna! de no alumbrar a nadie
te has hecho redonda de aire.