María Pérez Lacruz, la Jabalina
María Pérez Lacruz nació el 3 de mayo de 1917 en Teruel. Su apodo de la Jabalina se le dio por proceder su familia de la zona de Jabaloyas, en la Sierra de Albarracín de Teruel. En 1923, sus padres, Manuel Pérez de la Esperanza e Isabel Lacruz Civera, se trasladaron con toda la familia a Sagunto en busca de trabajo y un futuro mejor. María ayudó desde muy joven al sostenimiento de la familia trabajando en la limpieza de una casa particular.
A los 17 años, María entró a formar parte de las Juventudes Libertarias. Dos años después, y como consecuencia del levantamiento fascista de julio de 1936, se incorporó en Sarrión a la Columna de Hierro como enfermera, participando en la creación de un hospital de campaña.
Fue herida de bala en una pierna, con la consiguiente fractura del fémur, durante la Batalla de Teruel, el 23 de agosto de 1936, siendo ingresada hasta el 24 de diciembre de ese año en el Hospital de Valencia. Después permaneció en la retaguardia trabajando en una fábrica de armamento de Sagunto y, más tarde, trabajó en una industria siderúrgica, en Cieza, Murcia.
Terminada la guerra, La Jabalina, intentó pasar desapercibida con su embarazo, pero el 23 de abril de 1939 fue detenida por la Guardia Civil en el Puerto de Sagunto. Pasó por un duro interrogatorio y, tras ser rapada, fue puesta en libertad finalmente. Sin embargo, el 31 de mayo, cuando el capitán juez militar le leyó la declaración se negó a firmarla argumentando que lo que allí se decía no era cierto. La consecuencia de ello fue su ingreso inmediato en la prisión del Puerto de Sagunto.
En aquella declaración que la Jabalina se negó a firmar, se le acusaba de auxilio a la rebelión, de tener un carácter libertino, quemar iglesias, asaltar la prisión de Castellón y haber dado muerte a varios guardias, a ocho sacerdotes, a un diputado, así como el de asesinar al cónsul de Bolivia en Valencia, a pesar de que se da la triste realidad de que en Valencia nunca existió ningún cónsul boliviano. En su descargo, que nunca se tuvo en cuenta, consta que el director del Hospital de Valencia certificó que, en el momento de cometerse estos crímenes, ella se encontraba en el hospital curándose de las heridas de guerra, por lo que era imposible que hubiera participado en tales actos.
Estando en prisión, y en su séptimo mes de embarazo, su salud se agravó y el 4 de noviembre de 1939 fue trasladada al Hospital Provincial de Valencia. Dos meses más tarde, el 9 de enero de 1940, dio a luz a un niño, dándole de alta sin haber llegado a ver a su hijo. Nueve días más tarde fue ingresada en la Cárcel Provisional de Mujeres del convento de Santa Clara, siendo trasladada el 16 de enero de 1942 a la Prisión Provincial de Mujeres de Valencia. Meses más tarde, el 28 de julio de 1942 fue juzgada en consejo de guerra y condenada a la pena de muerte por adhesión a la rebelión y desafección al Movimiento.
María Pérez Lacruz, la Jabalina fue fusilada el 8 de agosto de 1942 en el cementerio de Paterna junto con otros seis hombres. Tenía veinticinco años y se había perpetrado otro crimen más a través de un juicio sumarísimo plagado de acusaciones falsas.
Y en el aire queda una pregunta azul y triste que hace temblar: ¿Dónde está el hijo de María La Jabalina?