McGinnis y su Desayuno con diamantes

Rodar una película tiene multitud de campos creativos, no sólo hablamos de dirección o fotografía. En muchos casos se crea una estética determinada que hace que sea recordada precisamente, por estos otros aspectos. Este es el caso de “Desayuno con diamantes”,  una de las películas más icónicas de Hollywood, además del guion (está basada en una novela de Truman Capote) o de la música de Henry Mancini, el cartel de la película, que seguro es conocido por mi querido lector, estuvo a cargo de Robert E. McGinnis que es el principal responsable de captar la belleza de una musa como Audrey Hepburn.


Un dibujante precoz

McGinnis comenzó a dibujar desde muy pequeño y sus padres tuvieron mucha importancia en su evolución artística. Su padre, un artista consumado, después de cenar, le ayudaba a dibujar los personajes de Popeye, sus dibujos preferidos. Su madre, le obligó a apuntarse a clases de dibujo en el Museo de Arte de Cincinnati, donde ganó varios premios y eso que a él, al principio, no le gustó nada la idea.

Ya en el instituto, su profesor Rice le dedicó también muchas horas extras a su aventajado alumno. Tal era su fe en él que decidió escribir una carta a los estudios de Walt Disney hablándoles de McGinnis. Finalmente, fue aceptado como aprendiz, lo que supondría el primer contacto de McGinnis con la ilustración de forma profesional.

Pero las cosas cambiaron durante la segunda guerra mundial, ya que los estudios de Disney dejaron de producir filmes de animación para dedicarse a hacer películas de entrenamiento militar para las fuerzas armadas. En ese momento, McGinnis decide regresar a casa de sus padres para estudiar bellas artes en la universidad.


Su traslado a Nueva York

Después de la universidad empezó a  trabajar en un pequeño estudio de arte publicitario en Cincinnati, algo profesional que le permitía ganarse la vida pero pronto empezó a sentir que aquello se le hacía pequeño porque ya había empezado a nacer en él la necesidad de crecer como artista.

Un día se anima a asistir a unas conferencias para realizar un curso por correspondencia de la Famous Artists School que se realizarían en Cincinnati. En la conferencia toma contacto con el trabajo de dos grandes ilustradores Coby Whitmore y Al Dorne que lo seducen completamente y… decide trasladarse a Nueva York para ganarse la vida como ilustrador.


Portadas de libros

Antes de empezar en el mundo del cine, McGinnis se dedicó a hacer ilustraciones para portadas de libros.

Efectivamente, una vez llegó a la Gran Manzana, encontró trabajo en los Chaite Studios, compartiendo experiencias con otros artistas, consiguiendo sus primeros trabajos para la realización de portadas de libros de bolsillo, que por aquel entonces se habían puesto de moda, convirtiéndose en poco tiempo en una industria totalmente consolidada.

Fue una época de romper moldes y experimentar con nuevos estilos. Además, supuso un trabajo ingente. Tanto es así que las editoriales hacían fichas con el resumen de los libros: época, género, personajes, para acelerar el trabajo, aunque McGinnis siempre defendió que se había leído la mayoría de los libros que ilustró.

McGinnis, dejó huella en esta faceta de su vida y fue galardonado con el título de «Artista romántico del año» por la revista Romantic Times en 1985, por sus numerosas portadas de bolsillo de novelas románticas.


Sus comienzos en el mundo del cine

Es fácil pensar que un cartel tan icónico como el de la película Desayuno con diamantes, fue realizado después de una amplia experiencia profesional en el mundo del cine.

Cartel de desayuno con diamantes

Pues nada más lejos de la realidad, así lo confirmó en una entrevista para la revista Dapper, “Creo que Desayuno con diamantes fue mi primer encargo para una película. Es el más famoso y el que más se ha distribuido, pero todo el mérito se debe al encanto de Audrey Hepburn”.

Lo cierto es que fueron muchas las causas que convirtieron a ese cartel en icónico. El cartelismo en los años 60 estaba impregnado del trabajo y estilo de Saul Bass, del que tuvimos ocasión de hablar en otro artículo de esta revista. Se trataba de un cartel intelectual y abstracto, que se caracterizaba por la sencillez de los dibujos y del trazo. Frente a esta estética,  McGinnis junto a otros ilustradores, devuelven al cartel todo el barroquismo propio de las ilustraciones americanas del siglo XX, convirtiéndolos en iconos gráficos de la década de los 60.

A este estilo responde el perfil sofisticado de la heroína de Desayuno con diamantes, aunque aquí también tiene una especial importancia el famoso vestido negro que lucía Audrey Hepburn y que no podemos dejar de mencionar. Diseñado por Hubert de Givenchy, este vestido es citado como una de las prendas icónicas del siglo XX.  El 5 de diciembre de 2006, este vestido fue subastado en Londres por Christie’s y adquirido por un comprador anónimo por teléfono. El precio de venta estimado por la casa de subastas fue de entre £50.000 y £70.000, pero el precio final fue de £467.200. El dinero recaudado en la subasta del vestido negro fue destinado a ayudar a levantar escuelas para personas pobres en Calcuta.

Vestido negro de desayuno con diamantes

Desayuno con diamantes

Lo cierto es que todo lo que rodeó a esta película se convirtió en un icono y si no hemos podido dejar de mencionar el maravilloso vestido negro, mucho menos privaré a mi querido lector de la maravillosa escena de Audrey Hepburn., sentada en el alféizar de una de tantas ventanas de la ciudad de Nueva York tocando la guitarra y cantando Moon River.



Desayuno con diamantes, convirtió todo lo que tocó en oro como si hubiera salido de la mismísima joyería Tiffany. Después de este cartel McGinnis creó muchos más, siendo muy conocido por sus ilustraciones en sagas como James Bond.

Cartel de James Bond

Trabajador incansable, dicen que era tal la atención que le prestaba a todos los detalles que cuando se le asignó la obra de arte para Arabesque solicitó que le enviaran el vestido de rayas de tigre de Sophia Loren para que lo usara una modelo y poder dibujarlo con la apariencia adecuada.

A él le debemos carteles de películas que representan a estrellas como Audrey Hepburn, a quien muchos de nosotros la recordaremos siempre con ese estilo sofisticado y elegante que ella supo interpretar y que nos fue mostrado por la mano del gran maestro McGinnis.

Audrey Hepburn ilustración de desayuno con diamantes

© María Ángeles Espílez Murciano

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