Mírame
Las nuevas tecnologías aplicadas al cartelismo y el ejemplo de Look at me
El cartel de este número, quizás no es tan conocido como los anteriores. Esto se debe, fundamentalmente, a que es relativamente joven. Fue creado en 2014 y se estrenó haciéndolo coincidir con el día de la mujer.
Como puede apreciarse en la imagen, el cartel es una fotografía de una mujer, en primer plano, con la cara magullada. El fondo es un azul casi negro y unas letras blancas, con tipografía nada complicada que invita a su lectura, que dicen “Look at me” “Mírame”.
Con letras más pequeñas dice “Nosotros podemos pararlo”. Y esta frase no es un simple reclamo publicitario, sino una realidad, ya que el cartel es interactivo y si lo miras un rato, la mujer empieza a recuperar su rostro y van desapareciendo las magulladuras.
Esto hace que el mensaje sea muy intenso, no sólo por el típico reclamo de una frase corta y contundente, vestida con una buena tipografía. La fotografía intenta llamar la atención, gritar que el problema debe ser visible “Mírame” y cuando tengamos consciencia del mismo, mirando y mirando, podremos arreglarlo. Y esta podría ser sólo una lectura de su significado, porque todo lo que implica interactividad es posible leerlo desde numerosos puntos de vista.
Campaña publicitaria
La campaña digital de Mírame, es de la filial londinense de la agencia publicitaria WCRS. En este caso trabajó para la organización benéfica de violencia doméstica Women’s Aid.

La campaña interactiva busca resaltar la mirada hacia el gran problema que es la violencia doméstica. Sólo pide una cosa: “Mírame” y eso le hizo ser una de las ganadoras de la competencia Art of Outdoor 2014 de Ocean, que la galardonó con dos Leones de Cannes.
Desde el punto de vista tecnológico, la interacción de debe a que la campaña utiliza tecnología de reconocimiento facial para detectar cuando los transeúntes miran hacia la pantalla digital, lo que activa el cambio de la modelo y así se inician las imágenes en las que van desapareciendo paulatinamente los moratones.
Otras experiencias interactivas
Lo cierto es que no es el único cartel interactivo y como es fácil adivinar, son las nuevas tecnologías las responsables de que este tipo de carteles empiece a proliferar, aunque debido al elevado coste, todavía sea más sencillo acudir al cartel tradicional.
En este caso, el responsable de cartel publicitario interactivo fue Netflix en Toronto, que llevó a tres superhéroes a un campo de batalla. En este caso, los transeúntes eran invitados a tuitear para apoyar a uno de los personajes. El personaje con más tuits, lograba dañar los carteles de los otros dos, lo que se reflejaba en forma de orificios de bala y cortes.

Google, tampoco es ajeno a esta nueva forma de cartelismo. La parte de la compañía que se dedica a laborales sociales: Google Impact Challenge, decidió exponer en un cartel interactivo, los proyectos que podía abordar, pidiendo a los ciudadanos que eligieran el que preferían. Los posters interactivos se distribuyeron por diferentes zonas de la bahía de San Francisco: restaurantes, cafeterías, marqueisnas, etc.

Look at me, sigue vivo
Ha quedado en evidencia que, una nueva forma de cartelismo está haciéndose un hueco en nuestra sociedad. Reclaman nuestra interacción y aunque el diseño y la imaginación del cartelismo siempre están vigentes, en este tipo de carteles, más si cabe, ya que debe predecir las posibles acciones del usuario, de aquel que está contemplando.
Permítanme, que yo también les interpele a mirar a nuestro cartel protagonista, para concienciarnos de esta lacra que es la violencia de género. Desde 2014 que fue cuando nació nuestro cartel, han pasado 6 años y por desgracia seguimos necesitando revindicar el cese de este tipo de violencia. Por eso, he querido traerlo ante ustedes, porque aunque las fotografías que aparecen en este artículo no son interactivas, ni tienen tecnología de reconocimiento facial, en la calle, en la vida, hay mujeres a las que mirar, a las que comprender y auxiliar. También podemos denunciar y reclamar a los poderes públicos e instituciones soluciones.
En resumen, podemos interactuar en la sociedad, haciendo que el eslogan de #Ni una menos, sea una realidad.
¡En nuestras manos está!
Texto © María Ángeles Espílez Murciano