Nada funciona
Hoy tampoco funcionan las escaleras mecánicas del metro,
siempre hay alguna estación herida.
No funcionan las medidas medioambientales
y calientan tanto glaciares como bolsillos.
Las leyes no funcionan si se amoldan a un nombre,
la política está a la sombra de unas malas apariencias
con peores intenciones. Se quita el sueño a quien madruga
y se desdibujan las metas de quienes se atreven a soñar.
Tampoco funcionan las revoluciones desde el sofá,
las balas mojadas encorsetadas en unos cuantos caracteres
se reciclan en pasto para el ganado bípedo
con otro pequeño momento de autoproclamada gloria.
Poco funciona con la educación tan arañada,
manoseada por monstruos con aspiraciones de celebrity
patalean la humildad y se guían por las voces del plasma.
La prensa que cae en las faltas de ética y ortografía
hace como que funciona para alimentar cerebros de serrín.
Tal falta de funcionamiento ensordece con su ruido alienador,
provoca atentados neuronales y cuestiona
el futuro del intelecto. Son los ojos como metralletas,
ataviados con plomo disuelto en las pupilas,
quienes miran el cambio invisible.
Nada funciona correctamente
salvo tu móvil de última generación.
© Antonio Maldonado
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