Nitrato de Chile
Vamos a tratar sobre una colección de carteles que se desplegó por todo el mundo y que, siendo distintos en diseño, anunciaban el mismo producto: nitrato de Chile. Un episodio singular en la historia del cartelismo, donde podremos observar ejemplares de gran calidad plástica, como los creados en Turquía, Francia, Polonia, Grecia o Argentina, sin ser exhaustivos y sólo a modo de ejemplo, porque la colección se extendió por todo el mundo.
Los usos del nitrato
Cuenta una leyenda que en tiempos inmemoriales, varios labradores de Camiña (comuna de Chile ubicada en la provincia de Tamarugal) hicieron una fogata en una tierra que contenía salitre. Cuando el cura se enteró, utilizó los recipientes en los que transportaba el agua bendita para recoger muestras de esa tierra, ya que reconoció que contenían nitrato de potasio. Una de esas muestras la dejó en el patio trasero de su casa. Poco después, comprobó que las plantas empezaran a crecer y desarrollarse de forma extraordinaria.
Sea como fuere, ya habrá adivinado mi querido lector, que estamos frente a un poderoso fertilizante natural, pero además tiene otros usos industriales que determinarían su historia, estoy hablando de su uso para la creación de la pólvora.
Evolución de la explotación del nitrato
Dejando a un lado las leyendas, en la década de 1880, Chile ganó la Guerra del Pacífico frente a Perú y Bolivia, y esa victoria tuvo como consecuencia la incorporación a su territorio de las provincias de Tarapacá y Antofagasta, donde se encuentra el desierto de Atacama, con una gran riqueza minera en salitre. Chile se convirtió así, en el principal productor mundial de este mineral.
El gobierno de Chile decidió privatizar la explotación de salitre a cambio de un elevado impuesto de importación. Así, cedió a capitales privados, generalmente ingleses y estadounidenses, las concesiones salitreras.
La explotación del salitre necesitó de mucha mano de obra que generalmente realizaba el trabajo en condiciones muy duras lo que generó los primeros movimientos obreros y de lucha social.

No obstante, la exportación del salitre seguía creciendo, básicamente como consecuencia de su uso industrial en la creación de la pólvora, llegando a su máximo apogeo a finales de la Primera Guerra Mundial.
Una vez finalizada la guerra, comenzó la crisis del salitre, a pesar de que su uso como abono natural seguía siendo indiscutible, pero algo cambió en la Primera Guerra Mundial que haría que fuese necesario la aparición de la publicidad para no dejar morir un negocio que hasta entonces había aportado grandes beneficios a los dueños de las concesiones.
Las causas de la crisis del negocio del nitrato
La causa principal y única de la crisis de un negocio que había sido, hasta la fecha, tan fructífero, fue la aparición del llamado salitre sintético.
Pero la pregunta es ¿por qué apareció un sustituto al nitrato de Chile? Como ya se ha comentado anteriormente, la mano de obra trabajaba en condiciones muy extremas y con salarios muy bajos. Lo que hacía que el producto final no fuese especialmente caro.
La respuesta se encuentra en la propiedad de las concesiones salitreras.
Efectivamente, la Primera Guerra Mundial, provocó una mayor necesidad de pólvora, de tal forma que el país que se quedara sin suministro de nitrato de Chile, no tendría una provisión de munición suficiente.
Gran Bretaña y sus aliados estaban en posesión de las concesiones del nitrato de Chile, lo que hizo que aislaran a Alemania de las fuentes para crear los explosivos. Eso estimuló la necesidad en ese país de crear una alternativa a las fuentes naturales: el salitre sintético.
A finales de la Primera Guerra Mundial, Alemania tenía abastecida sus necesidades con el salitre sintético y fue esa competencia la que obligó a poner en marcha una fuerte campaña publicitaria del salitre natural, origen de la aparición de toda clase de manifestaciones plásticas, desde el cartelismo a la cerámica pasando por calendarios, octavillas o todo tipo de elementos básicos de la vida cotidiana.
La campaña publicitaria a nivel mundial
Es imposible abarcar toda la campaña publicitaria del nitrato de Chile, ni mencionar a todos los países, pero sí existen ejemplos muy significativos y de singular belleza en cartelería que requieren de una mención a modo de ejemplo del resto de países.
La campaña publicitaria se centró en dar a conocer los beneficios del nitrato natural sobre todo en la agricultura. Una de las figuras más repetida es la de un campesino, aunque en el caso griego puede verse a ese campesino, con un saco a sus espaldas, abonando literalmente todos los continentes.

Francia y Turquía también apostaron por ese tipo de diseño del campesino abonando sus campos.

Polonia, a pesar de seguir en soporte papel, realizó un precioso calendario. En Argentina se diseñó un cartel basado en los frutos, con un mensaje claro y convincente. Y en Japón, diseñaron un cartel basado en el estilo personal y propio del país nipón.

Todos estos ejemplos se encontraban en soporte papel, pero en algunos países se utilizaron otros materiales, como por ejemplo el mosaico de azulejos esmaltados de Portugal o España.
El caso español
El caso español tiene dos peculiaridades. En primer lugar, el soporte utilizado, que al igual que Portugal sería la cerámica. Eran de diferentes tamaños y podían llegar a ocupar bastante superficie en las fachadas. Los paneles de azulejos salían de la fábrica de Ramón Castelló, en Valencia.
Y en segundo lugar, el gran despliegue por todo el territorio nacional.
Empecemos por su creador Adolfo López-Duran Lozano, licenciado en arquitectura en 1929. Y que diseñó nuestro dibujo siendo estudiante, en consecuencia antes de 1929, cuando la publicidad estaba naciendo en España.
Se cree que algún español relacionado con la Compañía de Nitrato de Chile, le pidió ayuda para el diseño de un dibujo que se convertiría en un cartel. Dadas las estrecheces económicas de nuestro protagonista, estudiante por aquel entonces, aceptó sin divagación y diseñó uno de los reclamos más populares en nuestro país.
El diseño fue del agrado de sus promotores y empezó una campaña sin precedentes en España, que consistió en colocarlo, en las primeras casas de muchos pueblos, también en casillas de peones camineros, casas de labor, bodegas y almacenes, los cuales se contaban por centenares y estaban repartidas por los parajes más pintorescos y estratégicos.
Efectivamente, el destinatario del anuncio de Nitrato de Chile era un agricultor de las zonas interiores, interesado en fertilizar sus cultivos, quien lo vería mejor en todos estos lugares. Tanto es así, que seguro que muchos lectores habrán recordado el cartel de alguna fachada de alguna localidad española.
Imposible hacer un catálogo de este cartel desplegado por toda la geografía española. Últimamente, incluso se están rehabilitando alguno de ellos.

El cartel tenía un alto contraste, entre el amarillo que simulaba el sol y el negro de la tierra. Con un labrador a caballo, hombre fuerte pero delgado de trabajar en el campo, con sombrero para protegerse de ese sol amarillo y las letras blancas que ofrecen el mensaje de forma clara. Es de una sencillez exquisita.
Pero a pesar de su sencillez, ha quedado depositado en nuestra memoria. Y es que a pesar de lo cambiante y loco que es este mundo, la belleza siempre perdura.
Lo cierto es que el negocio del nitrato de Chile, a pesar de esa inyección publicitaria, ya no volvió a ser lo que era, ni siquiera en la agricultura. No obstante, fue pionero en el uso de las grandes campañas publicitarias. Tanto es así que todavía recordamos sus carteles.
Le invito, querido lector, a que cuando viaje por la geografía española, busque estas pequeñas joyas y quizás encuentre, una pequeña parte de su propia historia.