Opera prima
Su discurso es un boceto, borra las ideas, son notas al vuelo, un relato rulfiano de hojas extraviadas, parlotea a borbotones mirando hacia la puerta de emergencia del anfiteatro. El, La, Los, Las, como las notas tocadas por un gato al azar, regresa a la idea anterior, comunicando su frenesí cerebral. No puede hacerlo de otra manera, repite, se repite, acompañada de muletillas y es un banquete toda esa sarta de datos históricos y médicos. Asume que nuestros conocimientos anatómicos y médicos nos capacita para leer e interpretar el bello rigor mortis cianótico de sus poemas.