Otoño

El rojo que le sobra al ocaso de la tarde
besa de otoño a los árboles más limpios.
¡Qué melancolía de recuerdos de sangre!
¡Qué muerte anunciada en sus latidos!

La cuna del mundo se hace estrella
y llama a dormir a la tierra cansada,
el cielo se echa a dormir ¡oh, geisha bella!
la sangre se esconde en tu cara de nata.


Texto e imagen © Felipe Espílez Murciano 

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